5 ~ Amigos.

10.5K 1K 443
                                    

(T/N) Tarāmi.

– ¡Nos vemos! – Grité en dirección al pasillo de mi pequeña casa, luego de que mi padre me respondiera desde el living me dispuse a cerrar la puerta.

Subí el tirante de mi bolso mientras me daba vuelta para bajar las escaleras, los días estaban realmente extraños, ayer el frío fue tanto que te helaba los huesos y hoy el clima era agradable y para nada helado.

Mis pensamientos se fueron al ver dos cabelleras sumamente conocidas esperando en la calle, bajé con lentitud las escaleras con la penetrante mirada de Tetsurō sobre mí.

Sus ojos mantenían esa forma burlesca y aquella sonrisa parecía no querer abandonar su rostro, por unos leves segundos me pareció tener nervios en mi estómago.

– Eh ¡Tarāmi! – Saludó con cierto entusiasmo – Que coincidencia.

Fruncí el ceño, notando a Kenma con más sueño de lo usual, aunque me saludó con una pequeña inclinación y una rápida cerrada de ojos.

– ¿Dos días seguidos? Si, mucha coincidencia – Hablé al instante en que prendía camino junto a ellos – Ayer estaban del otro lado de la calle, hoy estaban en la orilla ¿Mañana también me esperaran?

Kuroo pareció pensarlo unos segundos – Si – Habló firme – Y pasado mañana y posiblemente pasado también.

Negué con la cabeza mientras miraba a Kozume el cual mantenía sus ojos entrecerrados por el sueño – ¿Kenma no estas jugando? – Era normal verlo con un aparato electrónico entre sus manos.

De respuesta el nombrado miró a Tetsurō con su ceño fruncido y con unas grandes ganas de matarlo.

– ¿Qué hiciste? – Pregunté volviendo mi vista a Kuroo, esto de estar entre los dos era algo raro e incómodo, pero... Me parecía reconfortante.

– Nada – Respondió mirando el cielo pensativo.

– Kuroo.

– Bien, bien – Murmuró algo aburrido mientras movía su bolso para sacar la distinguida consola de Kenma, éste sin esperar y con una gran rapidez la tomó entre sus manos – Kenma no puedes estar todo el día en tu consola.

– Claro que puede.

– Digo, si puede, pero no debe.

– Creo que estoy pensando en mi puesto como mánager – Murmuré sonriendo levemente, Kuroo apretó sus dientes mientras me miraba con sus ojos entrecerrados.

Era fiel representadora de la no manipulación, pero cierto momento lo necesitaba y ver jugar con entusiasmo a Kenma fue mi premio.

– Oh, y yo pensaba que estabas loca por mi – Murmuró luego de unos segundos.

– Claro que lo estoy ¿No se nota en mi cara? Me muero por ti.

Kuroo sonrió – Si, ya lo veo.

Sus ojos se posaron en los míos, creando al instante una conexión de miradas, mi mente se negaba a desviar la vista, me gustaba ver sus ojos, eran de una forma tan única e inigualable, con un color extraño pero al mismo tiempo agradable.

Diablos, no.

Ambos pestañamos por lo que parecía una eternidad cuando Kenma paso entre nosotros con una mano en el aire en forma de tijeras mientras cortaba a la nada.

Tetsurō se limitó a mirarlo extrañado.

– ¿Qué pasa Kenma? – Pregunté por fin al notar que no dejaba de hacer esa extraña cosa.

𝔼𝕤𝕥ú𝕡𝕚𝕕𝕠 𝔾𝕒𝕥𝕠 - 𝕂𝕦𝕣𝕠𝕠 𝕋𝕖𝕥𝕤𝕦𝕣ō.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora