𝔼𝕤𝕥ú𝕡𝕚𝕕𝕠 𝔾𝕒𝕥𝕠 - 𝕂𝕦𝕣𝕠𝕠 𝕋𝕖𝕥𝕤𝕦𝕣ō.

8 ~ Campamento.

Kuro Tetsurō.

Sonreí al ver un leve sonrojo en sus mejillas y su gran ceño fruncido, sus ojos, aunque estaban con la vista al frente parecían querer dirigir su mirada en mí. A pesar de ir en bus con el ruido de los demás alrededor Tarāmi se mostraba serena y tranquila... O eso pensaba.

– ¿Qué pasa? – Preguntó luego de unos segundos, dirigiéndome la mirada – ¿Tengo algo en la cara?

– Si.

– Oh – Murmuró más calmada, pues en todo el camino y solo para molestarla decidí mirar su cara – ¿Qué es?

– Mis ojos.

Rápidamente recibí un ligero golpe en mi frente – Idiota – Susurro volviendo su vista al celular – ¿Cuánto falta para llegar?

– ¿Ya no me soportas querida (T/N)? – Mi voz salió con algo de burla, Tarāmi desvío la mirada junto con su cabeza mirando directamente la ventana y los edificios que pasaban por afuera – Oh venga, ayer te veías muy feliz tomando mi mano mientras dormía.

Rápidamente me miró con un claro tono rojo en sus mejillas – ¡Se supone que estabas durmiendo!

– ¿Y sigues creyendo eso?

Reí al ver como sus ojos se abrían de la sorpresa y vergüenza, realmente era divertido molestarla, más viendo sus extrañas expresiones, quizás era mi segunda actividad favorita.

– ¡Eres un.... – No terminó la frase, pues aún enojada se levantó mirando en todas las direcciones – ¡Kenma deja sentarme a tu lado!

(...)

Mi vista fue desde el lujoso y limpio piso de madera, hasta al alto e impotente techo que daba el gimnasio.

El sonido de las zapatillas rechinando se hacían presente al igual que los balones chocando contra el piso o siendo rematados.

– Lindo – Escuché a mi lado, lentamente desvíe la mirada viendo cómo (T/N) levantaba la cámara, para, posteriormente escuchar un leve "clik".

Me mordí la lengua para no soltar una pequeña burla con respeto a su comentario.

Al fin habíamos llegado al campamento, algunos equipos ya estaban instalados, aunque la verdad no conocía a muchos, ya que, no era el mismo campamento de verano.

– ¿¡(T/N) te puedo presentar como nuestra mánager!? – Gritó Tora llegando entre nosotros, con un leve brillo en sus ojos.

– ¿Ah? No – Respondió al instante – ¿Sabes? Igual lo vas hacer.

– ¡Si!

Vi como Tora se fue corriendo con alegría hasta ser regañado por un dormido Yaku, luego de unos segundos la mayoría de equipo se encontraba afuera del autobús en camino hasta la cancha en la que practicaríamos estos días.

– Mucho silencio – Murmuró (T/N) mirando como el equipo avanzado delante de nosotros – ¿Que tienes?

– Repite lo que dijiste.

– ¿Qué? ... ¿Qué tienes?

– Lo otro.

– Mucho silencio.

Bufando negué con la cabeza – Cuando llegamos.

Tarāmi me miró con cierta curiosidad en su rostro – ¿Lindo?

– Gracias – Respondí al instante –, lo soy cuando estoy contigo.

– Lo sabía – Reí ante su ceño fruncido mientras empezábamos a caminar... - No puedo creer que caí en eso.