15 ~ Permiso.

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(T/N) Tarāmi.

– Espe- las manos de Tetsurō pasábamos con picardía bajo mi camisa, la sensación de nuestra piel desnuda me era extrañamente agradable.

Escuché un leve jadeo por parte de Kuroo en mi oído, los toques y besos sobre la ropa generaban reacción en todo mi cuerpo. La bodega del gimnasio se llenó de jadeos y suspiros y el calor del momento se iba intensificando de una manera increíble.

Kuroo volvió a unir nuestros labios sorprendiéndome en el proceso de su traviesa lengua, aunque poco a poco me fui acostumbrando a ella y la extraña posición de nuestros cuerpos.

La vergüenza estaba presente, pues hace minutos que me había despojado de mi camisa, mientras que él tenía su torso totalmente desnudo, aunque sus pantalones de deporte seguían puestos algo apretados por la clara erección.

Por otro lado, yo seguía con mi falda, aunque no era muy importante pues gracias a Kuroo y sus manos, esta estaba casi en mi cadera, Tetsurō estaba entre mis muslos haciendo que su erección chocara de lleno en mi intimidad.

Escuché una leve risita al instante que mis dedos jugaban con la orilla de su pantalón, poco a poco Kuroo llego hasta el broche de mi sostén de igual manera jugando con él.

Los roces pasaron a ser estocadas por sobre la ropa, lo único que nos separaban era sus pantalones y mi ropa interior, quería sentirlo era una sensación que llegaba fuertemente.

– Tetsurō – Pedí bajando con cuidado su pantalón, al momento él soltó el broche de mi sostén.

– Quiero que me lo pidas – Susurró parando mi intento de bajar su ropa interior.

– A la mierda.

Otra leve risita se hizo presente – Vamos Tarāmi son unas pocas palabras.

– ¡Maldición Tarāmi despierta!

Poco a poco mis ojos se fueron abriendo, lo primero que vi no fue a un excitante Tetsurō con poca ropa y una erección.

Si no que a mi profesor de química.

Lloré mentalmente al mismo tiempo que la vergüenza pasaba por mi rostro.

Había tenido un sueño húmedo con Kuroo y para colmo, en clases.

– Señorita Tarāmi ¿Me está escuchando?

Asentí débilmente mientras escondía mi rostro entre mis brazos – Lo siento profesor – Murmuré queriendo morir, la adrenalina del momento aún seguir presente en mi cuerpo. Y tras el sueño sentía algo húmedo en mi intimidad.

– No la escuché.

– ¡Lo siento profesor! – Repetí.

– Bien, espero que no se repita y es mejor que preste atención a esto pues estará en la prueba final.

Luego de esas palabras el profesor volvió a escribir en el pizarrón dándonos la espalda para seguir con su explicación. Suspire nuevamente queriendo algo frio para mi rostro y de paso en todo mi cuerpo.

Pronto, unos toques en mi brazo me distrajeron, Yaku que estaba presente en la fila continua me llamó en susurros

Al levantar la mirada me sonrió de una manera tierna y alegre, realmente no me sentía merecedora de esa sonrisa.

- No te preocupes Tarāmi, este profesor es un amargado, no deja que nadie duerma en su clase.

Asentí con vergüenzas – Dime... ¿Hablé dormida?

Yaku-san me miro extrañado durando unos segundos, al parecer la pregunta lo desconcertó, los nervios volvieron a mi cuerpo al no escuchar una respuesta.

𝔼𝕤𝕥ú𝕡𝕚𝕕𝕠 𝔾𝕒𝕥𝕠 - 𝕂𝕦𝕣𝕠𝕠 𝕋𝕖𝕥𝕤𝕦𝕣ō.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora