Me hago el dormido mientras hablan. Sé que el bruto descerebrado se llama Vitali, pero no tengo ni la más mínima idea de quienes son los demás. Todos llaman al cabeza jefe o señor, así que tampoco puedo rascar información por ahí. Parece que estoy en un almacén o alguna clase de sitio industrial, quizás una fábrica. No oigo ningún ruido característico como el de algún barco ni tampoco huelo el mar por lo que me imagino que no estamos cerca del océano. Busco cualquier detalle con el cual obsesionarme porque la culpa empieza a pasarme factura. Me decido y abro los ojos despacio. Me sorprende ver a una mujer de pelo negro como el carbón, vestida en un traje elegante también negro. Sus tacones resuenan con eco, reforzando mi teoría sobre la fábrica abandonada o almacén,
—Es una lástima que vayas a morir, eres monísimo.—Dice la mujer de pelo negro. Se acerca saliendo de entre las sombras, enseñándome una sonrisa cubierta por pintalabios rojo. Ignoro su mirada y cierro los ojos de nuevo.
—Te complacerá saber que hemos tenido en cuenta tu aportación y he decidido atraer a Anya a mí. Bueno, realmente a ti.—El jefe habla, haciendo un gesto con la mano a alguien o algo que no logro ver, a mis espaldas. Sonidos, algo arrastrándose, algo lo suficiente pesado pero sin llegar a ser una persona. Un chaval joven, quizás de mi edad entra en mi campo de visión, con una silla de madera plegable. La coloca frente a mí y el jefe se sienta, cruzándose de piernas. —Dejaré pequeñas pistas, a ver si tu chica es lo suficiente inteligente como para seguir las migajas de pan.
—Al menos dame de comer.—Él se echa a reír y aplaude.
—Tienes valor eh.
—Incluso a los reclusos se les da una última cena antes de morir. Quiero comer algo antes de que ella llegue aquí.— Hablo despacio porque tengo la garganta seca, rasposa.
—Todo ese falso pánico por una chica que no levanta más de metro sesenta del suelo.
—No es falso. Me despellejará vivo y luego a ti.
—Bueno, si algo he aprendido es a no meterme en peleas de amantes. Aunque, sinceramente tengo curiosidad. Katya, su madre, era... Era un amor de mujer. Era la chica que todos queríamos. Apasionada, delicada, femenina, buena persona, con un talento natural para la música... Sus ojos parecían emitir luz propia.
—Sin embargo, escogió a Yuri y tú te quedaste con la fulana de turno.—Señalo con la cabeza a la mujer de pelo negro. Ella misma se ha delatado por como lo mira, como si fuera su bien más preciado. Sé que me he ganado un golpe porque él llama con un dedo a Vitali. Me pega un puñetazo en la boca, partiéndome el labio. El escozor se hace tan real como la sangre, goteando por mi barbilla, cayendo hacia mi camiseta.
—Deberías estar agradecido de que llame a tu novia.
—Esposa.—Le corrijo sonriendo. No pienso dejar que me controle. No va a poder ponerme en su contra. Hice las paces hace mucho tiempo con la muerte y si este es mi final, podría ser mucho peor. Podría haber muerto atropellado o simplemente de una enfermedad larga provocada por el uso excesivo de drogas o alcohol. O en la cárcel. Podría haber muerto en la cárcel perfectamente.
—Quiero divertirme un poco contigo antes de que ella llegue. Primero, le mandaremos una foto tuya. Para que vea como estás y su pequeño corazón le duela. Sonríe, Ilya.— Lo veo sacar el móvil y apuntar hacia mí. Sonrío mirando hacia la cámara y hago un gesto de infinito con los dedos. Espero que ella lo entienda. Quizás sea lo último que vea de mí y no quiero que... No puedo pensar en ella, sino la culpa y docenas de emociones más me abordan. —Darle un vaso de agua, necesito que sobreviva hasta que la chica llegue.— Chasquea los dedos en el aire y movimiento empieza a ponerse en marcha. Lo miro fijamente, clavando mis ojos en los suyos. —¿Ves? Te cuido.—Sonríe él también. Coge el móvil de nuevo entre sus manos y teclea a toda prisa. —En un par de minutos tu chica recibirá la foto. Que emocionante, ¿no?
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Sangre: Lazos Rotos. ✔️
RomansSegunda parte de Sangre: Falso matrimonio. Anya e Ilya deben tomar una importante decisión. Alguien la persigue, la ha marcado como objetivo y deben decidir qué rumbo tomar. El pasado no resuelto les atrapará y pondrá a prueba el amor que se profes...