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Vladimir

Amanecí en mi penthouse sólo, desde que me obligaron prácticamente a comprometerme con Alessia no he estado con nadie más, no es que no quisiera, la verdad es que estoy tan cansado que no tengo tiempo. Estoy en pleno intercambio, mi padre deja la presidencia y la asumiré yo.
Siempre supe que sería el presidente,ya que soy el hijo mayor y aunque suene anticuado,para mi familia el hombre debe ser la cabeza de la familia y las empresas Antonov.
Hace meses estoy viajando mucho, debo saber en qué condiciones están las empresas, tengo mucho que hacer, mi padre ha sabido crecer pero también se ha quedado en el tiempo.
Alessia me estaba llamado y texteando desde hace días, decía que la prensa estaba hablando de que no nos veían juntos y dado mi historial especulaban con que ya no estabamos juntos o que le fui infiel.
Lo último no estaba tan equivocado, ya que ese fue nuestro arreglo, pero mi ausencia no trnia nada que ver con eso,tiene que ver con mi trabajo en este momento.
No quiero hablarle, se preguntarán cómo es que me comprometí con ella, sin siquiera quererla, fácil,por mi hermana. Son influencers y socialite, eso quiere decir que viven de su imagen y las marcas viven de ellas. Fue fácil llegar a un acuerdo con ella. Mi familia sabía que no había una relación amorosa entre ella y yo, pero los tranquilizaba que dejaría de estar en el ojo de los flashes , mi padre ya no podía dilatar más su retirada y mi imagen debía cambiar si o si.
Estaba por salir de casa, Masha mi ama de llaves ahora, mi nana en mis primeros años me esperaba con un café para llevar.
- De aquí no te vas si tú café, estoy segura que apenas desayunas- me dijo en forma de reproche.
- No se que haría sin ti Mashita - beso su cabeza, ya que soy dos cabezas más grande.
- Vivirias en un basural y te alimentarias de las sobras de las sobras.
- Lo sé, lo sé. Por eso ruego que seas eterna.
Ella se rió y me saludo desde la puerta mientras entraba al ascensor.

Hoy sería un día agitado. Teníamos una capacitación en el hotel principal, este se encontraba en plena capital, irían gerentes y contadores de varios países de Latinoamérica. Estaba viendo mis carpetas mientras mi chófer me llevaba al Hotel.
Seguía ignorando a Alessia, no sé cuánto tiempo podría aguantar, lo peor de todo es que ella se compró un anillo de compromiso y en una entrevista le preguntaton por el mismo ¿¡ y adivinen quien supuestamente le propuso matrimonio?! Yo... Y desde ese día no le hablé más, no habíamos acordado eso, creo que ella estaba fuera de control y se tomó todo muy encerio en nuestra relación. Debía hacer algo, pero primero voy a ordenar las finanzas de los hoteles.
Llegué y subí a mi oficina, en el último piso, soy un poco antisocial, bastante, reservado, aunque en los últimos años he tenido problemas con la prensa, han inventado muchas cosas y al no dar notas para aclararlas me tienen en el ojo siempre. Según ellos fui gay, después un mujeriego, un misógino, perdí la cuenta de los títulos que me habían dado. Y no soy nada de eso, amo y respeto a las mujeres, pero no me casaré para darles el gusto a ellos, que digan lo que quieras. Obviamente está filosofía de "que digan lo que quieran" la ofiaba mi padre, de lo contrario no hubiese hecho semejante estupidez.
Hablé con mi asistente y consulte si estaba todo listo para dar comienzo y ella me dió el okey. Mientras entraba a mi ascensor privado para ir al sum recibí un mensaje de Alessia.
-Si no me respondes diré  a la prensa que en un mes nos casamos-
Estaba realmente loca, debía terminar esto porque a mi nadie me amenaza.
Respire hondo y cerré mis ojos, ella me provocaba dolores de cabeza, una vez más tranquilo respondí.
-A mí no me amenaces. Luego te llamo-
La respuesta fue
-Espero tu llamada amorcito- la odio, que mujer más estresante.

Estaba todo organizado como a mi me gustaba, por fin algo bueno. Procedimos a presentarnos y alguien llamo mi atención, estaba en primera fila, de piel trigueña, ojos verdes y pelo oscuro. Lo que más me atrapó fue su mirada, era penetrante y sus ojos eran medios rasgados, pestañas larga y cejas bien depiladas, parecía la mirada de una modelo de algún producto para ojos, no ví su cuerpo ya que estaba sentada, pero pude adivinar porque los rusos enloquecían por las latinas.
La verdad es que fue más de de lo mismo, había meses que estaba teniendo estás reuniones y capacitaciones. Fue casi un monólogo, solo que una de mis oyentes me tenía distraído.
Una vez terminé todo la vi yendose al ascensor y aunque ese fuera el del personal me subiría igual, recibí una llamada y sin ver atendí, mala idea, de Alessia.
- ¡¿Seguirás ignorandome?! Organice una cena, para que te conozcan mis  padres - no estaba pensando ni prestando atención a lo que me decía.  - -Alessia no iré... has lo que quieras - dije y corte.
Su aroma inundó mi fosas nasales, una vez se cerraron las puertas,  tenía lindo cuerpo y su pelo parecía muy sedoso, me gustaría tocarlo. Estoy realmente  mal, seguro es la abstinencia, o el mujerón que tengo a treinta centimetros.

-Hola - dije,debía actuar o no tendría chance con ella.
- Hola - parecía nerviosa y es obvio, soy su jefe.
- Soy Vladimir Antonov - estiré mi mano para saludarla.
- Ho...hola soy Roma Petersen- saco su mano rápidamente,pero lo pude sentir, su nerviosismo y la tensión que hubo cuando nuestra piel entro en contacto, si eso paso con las manos no me imagino con ... No vayas por ahí!!!
  Intercambiamos unas palabras y supe que saldría. Antes de salir me giré hacia ella y le dije.
- Yo sé que nosotros nos veremos muy pronto.
Ella quedó dura y me fui antes de que me gritara que era un acosador o alguna cosa. No sé que me pasó, no creo en el amor a primera vista, una vez lo crei y me fue muy mal, estoy seguro que es solo atracción física y no me quedaría con las ganas, ella sería mía.

Tu me cambiasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora