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Roma

Lucia ha estado conmigo desde que descubrí que Vladimir me mentía, eso fue hace dos semanas.
No puedo agradecer con palabras lo que ella hizo y hace por mi.
El día que paso todo me encontró en el piso tirada, me había golpeado la cabeza, durante varios días tuve un chichón. Mis amigos fueron a verme cada dia, me cuidaron y me consolaron, ninguno dijo nada de Vladimir, lo agradecía, porque lo último que quería era hablar o saber de el.
Decidí que renunciaría, un médico amigo me dio un certificado por enfermedad, asique tome esos días para estabilizar mi vida.
Tome la decisión de renunciar porque no quiero saber nada de él, lo amo y eso no cambiará nunca. Pero necesito independizarme y alejarme de todo lo que me recuerda a él.
  He bajado varios kilos, mis amigos y familiares están preocupados. Andrés todos los días me escribe para saber como estoy al igual que mi prima.
Mis padres han decidido que viajaría a Londres, no veían una mejor idea, mi prima también me necesitaba, mi tía se estaba convirtiendo en una maldita bruja con ella.
No discutí, después de todo estaba siendo un estorbo para mis seres queridos. Necesitaba irme, todo tenia su olor, todo me recordaba a él, mi vida se había convertido en un circulo vicioso de llanto, sueño y autocompasion.
Renuncie, prepare todas mis cosas y me fui, a penas pude despedirme de mis amigos, estaba huyendo, no tenia la energía para hacerlo, de esperar un poco más no lo haría.
Me dolía que Vladimir no se haya contactado conmigo, se que no le hubiese contestado ni una llamada o mensaje, pero me ilusionaba pensando que lo haría. Se que soy una idiota por querer eso, pero como se hace para olvídalo, como lo arranco de mi piel, mi corazón y mi alma.
No he querido saber nada de él, no busque información, la información llegó a mi sola.
El segundo día después de que Vladimir se fue me llamó Alessia,  estaba hecha una furia, me dijo de todo menos linda,  me amenazó y me juro que Vladimir volvería con ella y muchas mas cosas.
Esa llamada me dio un poco de esperanzas, ya lo sé, muy triste lo mío, pero saber que Vladimir estaba haciendo lo que me había prometido me hacía sentir un poco mejor. Aunque eso no mitigaba el dolor constante que sentía. 

En Londres la vida se había vuelto bastante estable y monótona, mi prima me había ayudado a encontrar un trabajo como camarera, absolutamente nada que ver con mi carrera, pero así estaba mejor, no recordaba mi antiguo trabajo y no necesitaba legalizar mi título.
Trabajaba muchas horas, aquí mi tía y mi prima tenían su vida y no quería que se sintieran obligadas a estar conmigo. Mi tía casi se muere cuando se entera que trabajaba en un restaurante, el mismo que ella iba con sus amigas estiradas cada jueves. El día que me vio sirviendo en su mesa, casi se le salen los ojos de sus órbitas. Mis padres no estaban de acuerdo pero entendieron mi punto, solo necesitaba despejarme.

Han pasado seis meses desde que llegué a Londres y hoy es un día particularmente triste, no solo por el clima, sino porque extraño demasiado a mi familia y amigos. Siento que ya estoy un poco mejor para volver,  he tenido que cambiar mi número ,Vladimir hace un mes comenzó a comunicarse conmigo, mejor dicho a tratar, porque no respondí a ninguna de sus llamadas ni mensajes, mis amigos me contaron que no ha parado de interrogarlos,  hasta les ofreció dinero por un poco de información.  Típico de él, conseguir todo al costo que sea, también me han contado que tiene barba, esta más delgado y mucho más gruñón que antes.
Es por el que he dilatado mi vuelta, cuando me entere que había vuelto a Buenos Aires, ya no estaba tan segura de volver,  pero no puedo permitir que nuevamente mi vida gire en torno a él.
Voy a esperar unas semanas más, aun no me siento del todo fuerte.
- ¿Se puede? - escucho a Lily decir del otro lado de la puerta.
- Si si  pasa.
- ¿Como has estado? - se sienta en mi cama y me entrega un tuper con cereales- ya tomaste una decisión?
- Gracias,  voy a esperar un poco más - respondí encogiendo mis hombros- No se si estoy lista para enfrentarlo ahora que esta allá.
- Sabes que puedes quedarte el tiempo que quieras - es tan buena conmigo, me apena no haber crecido con ella- Pero no puedes esconderte toda la vida.
- Lo se, y eso me enoja, después de lo que me hizo lo sigo amando - me dolía sentir lo que siento por el, creía que con el tiempo se pasaría,  como con Andres.
- La razón y el corazón no van de mamo - tomo mi mano y le dio un apretón- te mereces ser feliz y aquí no lo eres. Deja que la vida te sorprenda.
- Ya lo intente,  deje que me sorprendiera y aquí estoy- nos reímos- aunque tienes razón. Debo enfrentar lo que venga.
- El aún te ama - como sabe eso o mejor dicho quien se lo dijo- hable con él, me llamo hace unos días.
- ¿Qué? Pero cuando? - en que momento mi prima hablo con él y como Vladimir obtuve su número.
- No le dije nada sobre ti, quédate tranquila - me tranquilizó - Solo le dije unas cuantas verdades.
- Me imagino que si.
- Y aunque me hubiese encantado tenerlo delante para golpearlo, lo escuché sincero. Esta desesperado.
- No se que hacer - me limpie una lagrima, hacia días que ya no lloraba por el- No se si confiar.
- Resuelvelo cuando estés allá- me abrazo - cuando estemos mejor dicho.
- Que?! - estaba tan sorprendida.
- Nos vamos juntas, cuando lo decidas nos iremos juntas.
- Pero mi tía? - esta loca no se irá a escapar 
- Hable con ella - respondió con dramatismo- mejor dicho pelee, pero entendió que debo hacer mi propia vida y caminar mi propio camino.
- Oh, no sabes lo feliz que estoy por ti - nos abrazamos - siempre quise pasar más tiempo juntas.
- Eso mismo me paso a mi y el tenerte aquí durante este tiempo me motivo a hacerlo.

Pasamos gran parte del día hablando y planificando nuestra nueva vida en Argentina,  buen mejor dicho mi retorno y su llegada.
Estaba de mejor humor cuando me fui a dormir, estaba decidida a retomar la vida que había dejado, buscaría un nuevo trabajo y enfrentaría a Vladimir.
Lo amo tanto, pero no le permitiré que vuelva a poner mi mundo patas arriba, me mintió,  me hirió y rompió mi confianza, él   y Andres me han decepcionado tanto, que no creo que vuelva a confiar en nadie más.

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Tu me cambiasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora