Tu me cambiaste

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Andrés 

Que estoy haciendo, desde hace semanas me pregunto lo mismo. Se que si Roma se entera me dejara, pero también se que si rechazo a Abigail le contara a todos de lo nuestro. 

Al principio era divertido, sentir la adrenalina de lo prohibido, además de que con Abigail puedo hacer cosas o decir cosas que no me animaría con Roma, ella es delicada, es una mujer hermosa no solo por dentro sino por fuera y lo estoy echando a perder. Hoy es su cumpleaños y no me animo a escribir, estoy pensando seriamente en contarle la verdad, siempre me ha dicho que prefiere enterarse de las cosas por la boca de los protagonistas, el problema es que uno soy yo y el otro es su enemiga, la misma que le negué una y otra vez que teníamos algo. Soy un idiota, un cobarde, estoy fingiendo seguir de viaje para no enfrentar a ninguna de las dos. Recibo un mensaje de Abigail diciendo que necesita hablar con urgencia, se que no puedo dilatar la charla, me asusta que pueda llegar hacer. 

- Hola - digo sin ganas.

- Hola indo - responde Abigail con vos melosa - tengo un trato para hacerte. 

- Te escucho - no se en que momento me metí con ella, como deje que todo se vaya a la mierda.

- La ultima noche, solo una ultima noche y todo termina, como si no hubiese pasado - no estoy seguro de creerle, pero si eso hará que se vaya de  mi vida lo hare, que mas puedo perder.

- Esta bien, hoy a las 10 pm en mi casa.

- Siento que no ves la hora de deshacerte de mi - se que esta haciendo puchero.

- Te espero- y cuelgo antes de decir cosas de las que me arrepienta.

Estaba nervioso, no sabia con que podría salir Abigail, era muy caprichosa y desequilibrada, maldigo el día que me metí con ella. Llego con un vestido rojo muy ajustado, maquillada en exceso, ahora la miro con otros ojos, Roma es hermosa naturalmente, soy un estúpido, un calentón, por lo visto me quede pensando demasiado porque Abigail e pregunta si la dejo pasar o no. 

- Si pasa - me hago aun lado.

- Bueno, tendremos que pedir delivery, viendo que no hasta preparado nada - esta mujer que pretende , como si me leyera la mente responde - nuestra ultima noche, con cena, postre, película, sexo, mas sexo hasta el amanecer y luego me voy ... mejor dicho desaparezco. 

- Okey - digo de mala gana, pido sushi y de postre helado, se que no comerá porque se cuida, pero no tengo ganas de consentir sus caprichos. 

Cenamos, miramos películas, tuvimos sexo , me dormí y como 6:00 desperté porque sentí a Abigail moverse, esta feliz, ya se hidria para siempre. 

- Debes irte Abigail - digo sin cuidado.

- Lo se, solo quiero hacerlo una vez mas y prometo que me voy.

- Pero te vas, ya no quiero mas jueguitos.

- No abra mas jueguitos, pero ahora si quiero jugar - dice tocando mi entrepierna, empieza a darme besos en el cuello, baja por mi pecho , sabe como hacerlo, mi cuerpo responde a su tacto aunque mi mente este en otra parte, sin darme cuenta siento como ella lleva mi pene a su boca y lo chupa, primero lentamente, pasando la lengua por todo la longitud, jugando con la punta, con su lengua, masajea mis bolas. esto voy a extrañar, con roma todo es mas tranquilo, no hay tanto fuego, ella es mas tradicional por decirlo de alguna manera. No debo comparar, ella es el amor de mi vida y Abigail solo hace buenas mamadas. Luego de unos minutos tomo un condón de la mesa de luz, quiero que se vaya, pero antes debo terminar. Ella me lo coloca con la boca y se sube arriba, comienza  moverse y de un momento a otro mis ojos  conectan con unos color verde que conozco a la perfección, por un momento creo que es una ilusión mía, hasta que veo sonreír a Abigail, la empujo y voy tras Roma. 

Roma se fue destrozada, y yo estoy igual y el único culpable soy yo, estoy me lo busque solo, todo es mi culpa, en cuanto ropa se fue, obligue a Abigail a irse, le di una bolsa con hielo y la eche. Soy un hombre de mierda, con que cara voy a decir que todos no somos iguales, si todos la cagamos y siempre con una peor. Voy a hacer lo imposible, la voy a recuperar sea como sea, ella es mía, ella es para mi, siempre lo será.