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Roma

- ¿Disculpen… interrumpo? – dijo Lucia con cara de pocos amigos, a pesar de que me llevo bien con Andrés y de que lo perdone, a ella no le hace gracia. Dice que algo se trae algo entre manos.
- Hola Lu! No no, ya estábamos por entrar.
- Hola Lucia – saludo Andrés extendiendo su mano, Lucia la miro con asco y la acepto al ver mi cara de “hazlo por mí” , se que fue un idiota Andrés, pero me ha demostrado que se arrepintió y aunque  no vamos a volver quiero que este todo en paz.
- Andrés … bueno amiga, vamos que para esto nos preparamos. A brillar perra!–tomo mi mano y me arrastro hacia el Resto.
Desde el ingreso vimos la gran mesa ocupada con algunos directivos, saludamos a todos y procedimos a sentarnos. Andrés se sentó a un lado y Lucia del otro, ella me miraba con cara de no entender nada y de odio puro hacia Andrés. Le articulo un después hablamos, no era el momento de sacar los trapos al sol.
- Bueno en breve daremos comienzo a la cena, mientras esperamos la comida podemos pedir algo para tomar –dijo uno de los directivos más viejos, el estaba en frente de Lucia y a su lado había un lugar vacio.
- Aquí están los tragos que pidieron –comento un mozo muy simpático, cuando me da mi copa de vino blanco me guiño un ojo y yo solo le sonreí por cortesía.
- ¿Amiga que fue eso? Estas hecha una Diosa –se que el comentario de Lucia fue para molestar a Andrés – quien dice que de aquí te vas con un mozo sexy a pasar la noche.
- ¡Lucia! –mi cara más roja no podía estar y Andrés se puso incomodo porque cuando escuchó eso se removió en la silla como si le hubiesen pellizcado el trasero.
- Queeeeeeeeeeeee?? –dijo poniendo los ojos en blanco – Quien más falta, creí que estábamos todos –comento y yo solo levante los hombros, mientras me llevaba mi copa de vino a la boca, esta noche estaba siento tensa.
- Buenas noches – esa voz, esa voz, no otra vez. Cuando la escuche me ahogue un poco con el vino y rápidamente Andrés me paso su servilleta, nunca había sido tan caballeroso.
- Gracias –musite.
- Disculpen que haya llegado tarde – Vladimir tomo asiento en frente de mi! Yo no levante la mirada hasta que Andrés me pregunto si me sentía bien. Pero esta pregunta la hizo tan cerca de mí que me sobresalte. Al otro lado Lucia tomaba de su copa con una sonrisa en la cara, estaba disfrutando la maldita,y a costa mía.
- Buenas noches Roma –porqué me hace esto. Porqué aquí, delante de todos.
- Buenas noches Señor Antonov –conteste con mi mejor cara de profesional.
La noche se puso cada vez más tensa, Andrés se dio cuenta del interés de Vladimir por mi y comenzaron una  guerra de miradas y de insinuaciones, no pude comer un solo bocado, tenía un nudo en el estomago. Y también sumemos que Lucia no paraba de tirar indirectas para que los neandertales que tenía cerca siguieran compitiendo… Ah! Y también sumemos al mozo que no paraba de mirarme y guiñarme el ojo y sonreírme cada vez que podía. Me tendría que sentir alagada, pero me sentía abrumada, casi no preste atención a la reunión, hable lo justo y necesario y mientras lo hacía Vladimir me miraba tan fijamente que me ponía nerviosa y se aprovechaba para preguntar cada estupidez. Dios por favor llévame de una vez!
- Roma me acompañas al baño –gracias Lucia, creí que nunca me levantaría de ahí.
- Si si, vamos –prácticamente salí corriendo de esa mesa.
- Por Dios amiga estas hecha una potra salvaje –dejo lucia desde su cubículo.
- Por favor basta! Quiero que termine esta noche, no sé que hace ese hombre aquí.
- Tú sabes mejor que nadie por quien está aquí. Estas jodiiiiiidaaaaa –dijo a modo de cantito.
- Creo que voy a fingir alguna emergencia. Para irme antes que termine la cena.
- Ni lo sueñes! No eres cobarde, Roma enfrenta a esos dos –salimos de los cubículos y estábamos lavando nuestras manos.
- Me quedo si prometes dejar de hacer comentarios para que esos dos se maten.
- Aburrriiiiiidoooooo …. Pero bueno, dejare de hacer comentarios, aunque me aburra.
Cuando llegamos a la mesa Andrés se levantó para correrme la silla, Vladimir lo fulmino con la mirada. Por favor ruego que esto termine pronto.
Pasadas las diez de la noche estábamos levantándonos de la mesa, estaba muy tensa y Lucia tardaba más que de costumbre en despedirse, estuve tentada en huir, pero no lo hice y salude a todos, cuando llegue a Vladimir extendí mi mano, pero el señor se acerco y beso mi mejilla susurrando – “Esto no quedara así”- casi me muero, mi corazón palpitaba tan rápido que estaba segura que me daría un paro cardiaco.
- Roma nos vamos – ¿es enserio?
- Ve Andrés, traje mi auto recuerdas.
- Déjame acompañarte hasta el –dijo colocando su mano en mi espalda.
- No se haga problemas, yo la acompaño –Vladimir era enorme, musculoso e imponente en todos los aspectos, Andrés no tenia chance esta vez.
- Está bien… avísame cuando llegues – dijo y beso mi mejilla más tiempo de lo normal.
- Toma –dijo una moza – te lo envía mi compañero -No alcance a tomar el papel que Vladimir ya se lo había arrancado de la mano.
- Dile a tu compañero que ni lo sueñe – la muchacha abrió los ojos y salió corriendo casi. Vladimir tenía una voz muy potente.
- No debías hacer eso, ese papel era para mí –ya me había cansado de él, de Andrés, del mozo y hasta de los comentarios de Lucia. La pase muy mal Buenas noches.
- Eres mía Roma,¿ todavía no te quedo claro?– me tomo el brazo y me hablo bajo para que solo yo lo escuchara.
- No soy de nadie Vladimir –me solté de su agarre y salí muy enojada. Lucia vio la situación y solo me saludo con la mano, sabía que estaba enojada y que ella había contribuido en mi estado. Estaba pensando seriamente en tomarme unas vacaciones y más ahora que mi jefecito estaba en Buenos Aires. Odio que me altere tanto.

 Odio que me altere tanto

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