Tu me cambiaste

41

Vladimir

Me colgó! No solo me colgó sino que no volvió a responder ninguna de mis llamadas, esta mujer quiere metarme, quiere volverme demente. Ese hijo de puta mal nacido me quiere sacar de quicio, quiere que pelee con Roma y el consolarla, me enferma pensar en sus brazos rodeando a Roma.
-Polo distraerme - mi amigo esta realmente cansado de ser mi jodido terapeuta, pero que puedo hacer- me volveré loco.
- Qué paso - pregunta con sarcasmo - una mosca voló cerca de Roma? El viento rozó su cabello y eso te puso celoso.
- No te burles cabron - dije entre dientes- Alec, eso me pasa.
- ¿Que hizo ese cabron? - Polo puso toda su atención en mi, odia a Alec tanto como yo, ademas sabe que el muy hijo de puta está detrás de mi mujer - Es un maldito hijo de perra.
- Eso mismo digo y lo que más me enoja es que Roma no se de cuenta de lo sus verdaderas intenciones.
- Ella es demasiado buena amigo, demasiado para su propio bien.
- No ayudas - ya me había tomado casi un cuarto de botella - temo que haya aceptado salir con él.
- Amigo tu conoces mejor que nadie a Roma. ¿Ella sería capaz de actuar impulsivamente por un enojo?
- No, ella no es así- dije un poco más tranquilo .
- Claro ... el loco impulsivo eres tu. Ella no quiere hablar eso es todo.
Mañana hablan y aclaran todo.
- Suena tan fácil para ti - maldito cabron, hace meses que se deleita con mi situación- gracias amigo.
- Luego te paso mis honorarios- se rio - Amigo ella te ama, confía en ella, porque ella si confía en ti.

Me desperté de mal humor y con dolor de cabeza, no pegué un ojo hasta muy entrada la madrugada.
Le envío un mensaje a Roma de Buenos días y pidiéndole perdón por todo. Me pegue una ducha bastante larga, llegaría un poco más tarde al hotel. Mi madre y mi padre llegarán en unos días para conocer a Roma, obviamente que los amenace para que la trataran bien, aunque los noto contentos por mi, después de todo el escándalo con Alessia, me puse firme y les dije clarito que si no aceptaban a la mujer que amo dejaría todo y me haría de la familia.
Ambos se mostraron orgullosos de que haya asentado cabeza, a pesar de los meses oscuros que tuve lejos de Roma me esforcé por ser mejor persona, ella se merece lo mejor.
Estoy saliendo del baño y escucho ni celular, me acerco deprisa para contestar.
- Hola mi amor - dije enseguida- perdón, perdón, soy un idiota.
- Hola - respondió tímida- esta bien, ya paso.
- No, no pasó - quiero que de verdad me perdone - me puse loco y no pensé. Tu no eres como yo. Tu jamas harías algo para lastimarme.
- Tu tampoco- se escuchaba un poco baja - se que no volverás a dañarme, no consiente al menos. Porque si así fuera ya no habría más oportunidades.
- Ni lo digas - se me acelera el pulso de solo pensarlo - porque hablas tan bajo.
- Estoy  esperando a Alec para una reunión y hay personas cerca.
- Y que clase de reunión- no pude evitar preguntar - si se puede saber.
- Claro que puedes saber - es tan dulce - hemos recibido más información de los desvíos de dinero que investigamos, asique nos pondremos a ello mientras reprograman la reunión que se cancelo.
- Ah - no dije mas nada, porque ese cuento de la reunión cancelada ni me lo creo, el la quiere lejos de mi y dilatara ese bendito viaje -  mis padres quieren conocerte.
- Oh, que sorpresa - cambie de tema porque ya me estaba alterando- espero caerles bien.
- Te amarán- eso es verdad- no creo que como yo lo hago, pero lo harán.
- Tonto - Río- yo también te amo. Debo dejarte, ya viene Alec.
Ok, hablamos mas tarde - antes de que cuelgue le pido que me responda los mensajes, no inmediatamente, sino que cuando pueda.
Estoy un poco mas tranquilo, se que esta bien, que estamos haciendo las pases  y que pronto volverá a casa. Aunque no vivamos juntos, su hogar es junto a mi.

El maldito viaje se tomó diez días, quien viaja tanto, por más desvíos que haya, por más irregularidades que haya, diez malditos días sin ella. Me pareció raro que a pesar de haberse tomado más días de los que mi paciencia soportaba,  volvieron antes, porque estarían cuatro días más.
Roma no me dijo porque volvía y a pesar de que salto en una pata,algo no me cuadra, algo en su actitud esquiva me dice que no le fue tan bien, no quise seguir insistiendo, solo me limite a decirle que estoy deseoso de verla y que le haré el amor todo la noche.

Estoy en el aeropuerto esperando a Roma, mis manos sudan y miro por entre la gente esperando ver a mi mujer. Mis padres están en el hotel esperando por verla , tendremos una cena junto a los padres de Roma también, espero todo salga bien.
Ella viene caminado con su valija a la rastra, bolso en mano y mirada distraída, el idiota de su jefe le va diciendo algo. Cuando ella me ve su cara de tensa y él deja de hablarle.
Me acerque y la abrace, ella temblaba, mire mal al estúpido de Alec y este se fue, Roma me beso temerosa y me es imposible no preocuparme.
Roma me ha dicho una y otra vez que se siente mal, que tal vez se contagió gripe, toco sus manos y están heladas, no tiene fiebre, tal vez fue el cambio climático o de comida,  la dejare descansar, quiero que se mejore, esta muy apagada y la he visto llorar en silencio.
Ella me dijo que renunció al trabajo, estoy feliz, pero no puedo bailar o saltar de la dicha al verla tan mal.
Trate de consolarla y de que se sintiera mejor, creó que ella piensa que es mala en su trabajo, de lo contrario no entiendo su actitud, le pregunté si la trataron mal o si se habían propasado y ella juro una y otra vez que no. Solo me queda esperar que se le pase, en una semana tendremos la cena, la pospuso unos dias porque quiero que Roma esté bien.
Otra cosa que me pone mas que feliz es que volverá a trabajar en mís hoteles, me siento el hombre más dichoso del universo.

Mis días son cada vez mejores, Roma a vuelto a sonreír y para mi no hay mejor regalo que ese.