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Despertó de golpe al escuchar las trompetas sonar. Advirtió que estaba recostada sobre una cama en un cuarto
Bastante iluminado gracias a los brillantes rayos de sol que se colaban por la ventana. Era espaciosa la habitación y a decir verdad lucia bastante vacía, solo estaba la cama una mesa de noche a un lado de esta y un armario.
Tocó su cabeza al sentir una punzada en esta. Quitó las cobijas que la cubrían y notó una ropa diferente a la que tenía puesta. Ahora llevaba una falda larga color vino y una camisa blanca de manga larga, más grande que su talla original. Ahora estaba más confundida y miles de preguntas rondaban por su mente.
¿Quién me cambió?
¿Cómo llegué aquí?
¿Mi equipaje?
-¡Mi mochila!-exclamó a lo alto al no ver su preciada mochila que portaba su equipo de maniobras y su uniforme, además de varios cambios de ropa. Realmente lo que le preocupaba más era su uniforme que la distinguía como soldado de reconocimiento y su uniforme. Inhalo hondo tratando de calmarse. Se levantó y en sus pies descalzos sintió el frio del suelo, por un momento sus piernas flaquerón pero eso no le impidió mirar por la venta y su piel se puso de gallina al reconocer el lugar.
Muchas personas, incluidos soldados con uniformes blancos y bandas en sus brazos caminaban tranquilamente por las calles.
Repentinamente la imagen de la noche en la que fue rescatada por aquel buque la invadió. Así que gracias a ello llegó a la que alguna vez fue su casa, por no decir hogar.
Estaba ya ahí, ¿Qué seguía ahora? Según Levi debía espiar y mandar información, pero ¿Cómo lo haría? Rezaba por que el capitán tuviese un plan o algo.
De pronto, el rechinido de la puerta la alertó. Con rapidez se volteó a encarar a quien perturbó su momento. Fue en ese mismo instante cuando lo vio, frente a ella, mirándola con la misma sorpresa que ella. Ambos pares de ojos se abrieron a más no poder, analizándose el uno al otro mientras sentían sus corazones latir de una manera impresionante y su respiración fallar.
-¿Porco?
Él se limitó a mirarla de pies a cabeza, analizándola. Memorizando y comparándola con la última vez que la vio, hace muchos años.
-Porco...-su voz salió suave, frágil.
El varón se acercó a ella, guardando distancia pero al mismo tiempo querer romperla. No emitía ni una palabra, tan solo miradas.
Los ojos hablan lo que la boca calla, y lo que su boca callaba era nostalgia al verla crecida, tristeza de mantenerse tanto tiempo alejado de ella, felicidad de por fin volver a verla, sana y bella como la última vez.
La chica terminó de romper la distancia de tan solo unos pasos. Quedaron frente a frente. Mirándose fijamente a los ojos.
-Hola...
Esperaba algun reproche de él, conociendolo, esperaba que la regañara por tardar en volver o voler sin el titan fundador, o lo que es muhco peor, esperaba algun reproche intentando culparla de la muerte de su hermano, pero en cambio sintió los brazos de Porco rodear su cintura y entruchándola contra su pecho, pagándola lo más que se pueda a él. TN, anonadada correspondió, pasando sus brazos por la ancha espalda de él, acariciándola con cariño y nostalgia.
-Bienvenida a casa
¿Casa? Pero ella no lo sentía así, su casa, su hogar era en la isla Paradise.
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Porco mi husbando supremo, he dicho
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