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Mi felicidad

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-De ahora en adelante tendrás el honor de poseer el titán acorazado, TN Ishikawa- exclamó con orgullo el general Calvi parado a unos metros de la chica.

El lugar era algo tétrico, parecía una cueva para sacrificios, aunque técnicamente eso era. Antorchas colocadas en cada rincón del lugar, personas encapuchadas que TN jamás había visto en su estadía en Marley. Mientras ella vestía un holgado y blanco vestido que rozaba sus talones con su cabello azabache decorado con pasadores de plata. Y su cintilla roja sujetada en su brazo.

TN no se atrevía a mirar al rubio encadenado, que yacia sobre una enorme roca, levándolo unos metros sobre el suelo. Su mirada, por alguna razón, no reflejaba nervios o ansiedad ni ganas de escapar de su cruel destino. En cambio, miraba a la pelinegra con una leve sonrisa.

Solo tu decides que tan infeliz puedes ser.  

Todos los guerreros de cinta roja estaban ahí presentes, portando su uniforme planchado y limpio, al ser un evento formal y serio, con un rostro sereno a excepción de Porco Galliard, quien mordía el interior de su mejilla, queriendo intervenir. No quería que la azabache desperdiciara su vida siendo una marioneta, aunque esos pensamientos iban en contra de su ideología, con ella no podía evitar pensar en eso. Además, no merecía cargar con las muertes que un monstruo como el acorazado provoco.

-¿Estas lista?-una vez más la rasposa voz de Calvi resonó en el enorme lugar.- ¿Estas dispuesta a acabar con todos aquellos que se opongan al régimen poderoso y justo de Marley?

Esto no es lo quiere. Lo sabe muy bien, ¿vale la pena hacerlo?

¿Que carajos hago aqui? No pertenezco aqui.

-Ah...-miró a sus lados, siendo intimidada por las penetrantes miradas de los presentes- S-si...

Una muchacha de cabellos dorados se acercaba a ella, con un pequeño cofre en la mano, al cual al abrirlo, una jeringa con un líquido verdoso dentro de ella se reveló.

Los vellos de su brazo se pusieron de punto al ver tal artefacto. No era fan de las inyecciones y menos de una que contiene un suero que la convertirá en un gigante.

-¿Juras lealtad hacia tu nación?

Por primera vez en días, miró a Reiner el cual también mantenía su suave mirada en ella. Esperando, simplemente esperando a su destino. 

No sería la culpable de su muerte. Ni de ninguna otra sin su consentimiento. Estaba fastidiada de que decidan por ella.

No quiero hacerlo. Quiero decidir por mí. Basta de toda esta basura.

-¿Juras lealtad hacia tu nación?-repitió

Despues miró Porco, que se mantenia quito en su lugar, notandolo ansioso. Le sonrió leve y el varon le devolvió el gesto.

Puedo ser feliz mientras este aquí y espero a regresar a mi hogar. A Paradise.

-Yo....

La jovencita de cabello dorado tomó su brazo y sacó la jeringa del estuche, acercándola al brazo de la azabache. TN la miró y decidió.

Voy a buscar mi propio concepto de felicidad

-No

Su mirada azulada se llenó de determinación, cerró su boca y aparto de un movimiento su brazo. Bajo las confundidas miradas de todos ahí.

Al diablo todo, quiero ser feliz, incluso estando aquí.

-¿Qué crees que estás haciendo?

-¡¿Te volviste loca?!

Múltiples murmullos se escucharon, algunos maldiciéndola y otros juzgándola. Pero eso no importaba en ese momento.

-No señor, nada de eso-respondió segura de su palabra- Estoy haciendo lo que es correcto para mi vida.

-¡Tu vida le pertenece a Marley!

La chica entrecerró sus ojos, retando al general alguna pelea de miradas. Sonrío a medias y con su mano izquierda arranco la banda roja de su brazo.

-No, me pertenece a mí- concluyó con una voz firme. Arrojó la banda al suelo y bajo las miradas atónitas de todos, dio media vuelta.

-¡Traidora! Nunca serás nada, nosotros hicimos de ti lo que eres ahora, deberías mostrar algo de gratitud, insolente.

-Está equivocado-dijo- Seré la mujer más capaz de Marley y del mundo, no tengo que demuéstraselos, ustedes por su cuenta lo verán- chasqueó la lengua antes de salir- No intenten detenerme. Por su propio bien no lo hagan.

-¿Es una amenaza?

-Advertencia

-Puedes despedirte de los privilegios que tenías- exclamó un rabioso Magath- Vivirás entre la basura entre la gente, olvidada y excluida.

-Tengo todo lo que necesito-tragó grueso, preguntándose de dónde sacó el valor para decirlo

Y con la cabeza en alto, salió del lugar.

Seguiría fingiendo, sí, pero bajo sus propias condiciones. 

 

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La leona dormida despertó, señoras y señores.

Espero que les haya encantado:) 

Les agradezco a todos por leer y seguir esta historia. Cuidense mucho o lloro. 

 

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𝕿𝖗𝖆𝖎𝖉𝖔𝖗𝖆 ᵖᵒʳᶜᵒ ᵍᵃˡˡⁱᵃʳᵈ ʸ ᵗⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora