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Recuerdos

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El sol apenas estaba saliendo, iluminando las calles de Marley. La cuidad estaba despierta desde esa hora, tan temprano, los negocios abrían sus cortinas, ofreciendo pan recién horneado y verduras frescas.

Una cosa debía admitir TN, los amaneceres en Marley eran hermosos.

Ella caminaba, apretando el dichoso cofre como si fuera la más preciosa y cara joya. A un lado de ella, caminaba Porco, que mantenía una sonrisa, escuchando atenta las anécdotas que TN le narraba cuando era niña, todo lo que vivió en esa casa a lado de su Nana. Ambos se notaban cansados. Todo por la aventura que vivieron hace unos momentos. Aunque algunas miradas curiosas recorrían sus personas; eso no importaba en lo absoluto, pues en esos momentos solo existía el uno para el otro. Nada más importaba

Porco miró con un brillo especial en sus ojos a la azabache, que mantenía una sonrisa eufórica y emocionada por descubrir el interior del cofre.

Por fin, después de una entretenida caminata, llegaron a los dormitorios.

-¿Tienes energías para abrirlo?-preguntó ella refiriéndose a su preciado artefacto

-Tengo energías para correr un maratón, TN

-Lo tomaré como un si- rodó sus ojos por la exageración de Porco- Ven...-caminó hasta la puerta de su habitación y la abrió.

-Siento el desorden

-¿Aquí vive una dama o una bestia?-preguntó burlón cuando entro

-Una bestia, seguramente-le siguió el juego cerrando la puerta

Galliard bufó pues, esa no era la respuesta que esperaba. Optó por sentarse en la silla de madera, arrinconada en una de las esquinas de la habitación, arrastrándola cerca de la cama, donde TN se había sentado.

-¿Listo?-preguntó ella mordisqueando su labio nerviosa. Porco asintió y ella procedió a quitarle el segurito que mantenía cerrado el pequeño cofre. Como si fuera una cámara lenta, fue abriendo poco a poco la tapa. El varón se mantenía atento al contenido, pero trataba de no entrometerse demasiado pues sabía que esto era algo privado e importante para ella.

Cuando por fin el cofre fue abierto. Un sobre viejo y de color rosado cuyo contenido era un misterio se reveló, envuelto en una fina capa de polvo. De bajo de ellos, un montón de cadenas y anillos percudidos por el mismo polvo y oxidación. Una rosa seca, monedas viejas. Y en el fondo de esta, un viejo pedazo de papel donde la tinta traspasaba levemente del otro lado.

TN, con las manos temblorosa tomó el sobre y lo sacudió. Parecía estar completamente sellado, al voltearlo unas palabras yacían escritas:


𝕿𝖗𝖆𝖎𝖉𝖔𝖗𝖆 ᵖᵒʳᶜᵒ ᵍᵃˡˡⁱᵃʳᵈ ʸ ᵗⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora