Mi sacerdote Grabiel

Capitulo 24

Gabriel

Te amo Mi Ángel, amo cada parte de ti, tu alma, tu cuerpo tus sentimiento y todo el huracán que eres.
La beso lento sin prisa, sin desesperación como aquella vez en el hotel, la beso dulce con calma pero con frenesí a la vez, desaparece el vestido y nuestras prendas rápido como si fuera un acto de magia y la contemplo, como lo que es, la obra de arte más valiosa de mi mundo, suave, exquisita, ardiente y serena a la vez, la amo y de eso no hay dudas.
Estamos en su cama los dos, siento mi exitasion, como mi sexo palpita por penetrarla y recorro con mis manos todas las cavidades de su hermoso cuerpo, gimiendo y proclamando más, la penetro, y su respiración es acelerada y entrecortada, despacio, sin prisas, no quiero que termine nunca quiero estar amándola toda la vida, eternamente, la penetro con más fuerza y velocidad, hasta que estamos unidos en un orgasmo, gimiendo del goce.
En el amanecer desayunamos y nos duchamos, ya tenía sus cosas lista, y la lleve al aeropuerto, ahí donde empezó nuestra historia, ahí donde se enojó por qué llegue tarde.
Se fué, se fue mi Valentina.
Transcurrieron los días, por fin yo compré.mi departamento. Casi 15 días sin verla, sin hablar con ella.
Y suena mi móvil.
-Hola Gabriel.
Era ella mi Vale del alma.
-Hola preciosa.
-Gabriel, sabes ayer mi padre salió por fin de la clínica de rehabilitación.
-Me alegro tanto Vale.
-Si ayer hablé con el, sabes al fin lo perdone, y me perdoné.
-Valentina,.me siento muy feliz por ti mi Ángel.
Yo estaba desesperado por saber más de ella por verla, por estar ahí pero no debía presionarla.
-Gabriel en dos días será la misa del aniversario luctuoso de mi madre. -Como me gustaría que vinieras.
-No lo sé, haré lo posible.
-Muy bien, te extraño.
-Yo te extraño más. -te amo.
-Sabes, por fin tengo mi departamento.
-Enserio? Que alegría!! -Bueno Gabriel, Adiós.
-Adios mi Valentina.