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En el capítulo anterior:

- Llegó tu Romeo - señaló Alice con una sonrisa divertida. Miré hacia donde señalaba y por la puerta entraban Severusy Regulus. Se fijaron en la única sillas ocupadas, las nuestras, y Reg me sonrió. Él y Severus se dedicaron una mirada y Severus dio un asentimiento con un aire divertido.

Ahora:

  Regulus se acercó a mi sonriendome ligeramente sonrojado y con una pastelito en la mano y sus libros en la mano. Dejó los libros en mi mesa, junto con el pastelito, y se acercó a mí, dejando un casto beso en los labios que logro dejarme atontada. Antes de que pudiera darme cuenta, se había sentado a mi lado y me sonreía con las mejillas sonrojadas y un poco de timidez. Me tendió el pastelito mientras yo seguía procesando la información con lentitud.

- No te vi en el comedor. Supuse que tendrías hambres - parecía esperar ansioso mi respuesta y se mordía ligeramente el labio con nerviosismo. Sonreí sonrojada y asentí, alargando la mano para coger el probablemente delicioso pastel.

- Gracias. Me levanté tarde, no me ha dado tiempo a ir al Gran Comedor - le expliqué aún con las mejllas sonrojadas. Él pareció aliviado y se acercó pasando un brazo por mis hombros, mientras yo comía el pastelito. Miré de reojo a mis amigas y a Frank, que me miraban entre sorprendidos y emocionados. Mi mirada también recayó en Severus, que nos miraba con una ligera sonrisa. Volví mi mirada a Regulus y él ya me miraba. Parecía indeciso y nervioso. Se acercó ligeramente a mí y esta vez yo tomé la iniciativa, acercando más sus labios a los míos y dejando sobre estos un beso más largo que el anterior. Él sonrió incluso más sobre mis labios y yo imité su gesto.

  Cuando nos separamos, acerqué más mi silla a la suya y recargué mi cabeza en su hombro, cerrando ligeramente los ojos con cansancio y acabándome el pastelito. Él siguió abrazándome por los hombros y con el otro brazo empezó a pintar sobre un pergamino.

- ¿Qué estás dibujando? - le pregunté. Él me miró sonriéndome durante unos instantes.

- Ya lo sabrás.

  Luego de unos minutos, empezaron a escucharse risas a lo largo de pasillo. Hice el amago de alejarme de Regulus pero él me retuve, abrazándome con más fuerza.

- Todavía no. Son los Merodeadores - se escusó. Sonreí ligeramente y asentí, agarrando la mano que me abrazaba y dándole unas ligeras caricias en el dorso con el pulgar. Él dejó caer su cabeza en mi hombro - ¿Tienes planes sofá esta tarde? - interrumpió el silencio, intentando que su tono de voz fuera casual.

- Quizás - sonreí - ¿Por qué? - lo miré inquisidora levantando una ceja.

- Quizás porque espero que ese quizás sea un sí, y son pasar la tarde contigo, Reg - sonrió con una risa nerviosa.

- Me parece un buen plan - me moví para darle un beso en la mejilla, casi en la comisura de su labio. Lo sentí sonrojarse mientras soltaba una risita.

  No pareció satisfecho y cogió mi mejilla para atraerme hacia sí y darme un beso más largo que los demás anteriores. Sonreí y moví mi mano para acariciar ligeramente los pelos de su nuca. Creo que podría estar así toda mi vida. Nos separamos justo cuando la puerta se abrió y entraron los Merodeadores. Regulus los miró durante unos segundos mientras se separaba más de mi para colocarse igual que como estábamos antes. Le sonreí a los Merodeadores. Estaba de tan buen humor que incluso le dediqué una mini sonrisa a Sirius.

La gemela de Lily Evans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora