La gemela de Lily Evans.

29

En el capítulo anterior:

Estaba incómoda. Mucho. Al principio había sido divertido, ya no tanto.

- ¿Podemos cambiar de tema? - Lily también parecía incómoda. Gracias, hermana hermosa.

   Obviamente James fue el primero en seguir su petición y nuestras amigas y Remus, al ver nuestra incomodez, también.

Ahora:

  No fue buena idea. O bueno, si que lo fue. Narcisa y Bella eran fantásticas de cierta manera, pero causó demasiado furor verme con las Slytherins. A cada rato alguien sacaba el tema y todos los de Gryffindor parecían observarme, incluso algunos con algo parecido al odio. No entendía como todos decían que los Slytherin eran malos por los prejuicios. Pensar eso ya es tener prejuicios.

...

-Bellatrix y Narciso, ¿eh? - preguntó Lily rompiendo el silencio que se había formado entre nosotras tres desde que entramos en la habitación.

- Supongo - fue lo único que pude decir.

- Ellas...

- Lo sé, Lily. Se que sin clasistas y odian a la gente como nosotras y blah, blah, blah. Solo me escondieron de vosotros por haberos hecho enfadar y quedamos en que entrarían conmigo al Gran Comedor para enfadar a Sirius. Nada más. Solo que después estuvimos hablando y me agradan. En ningún momento hicieron algún comentario inadecuado. Lo juro.

- Se que si lo hicieran no les hablarías - me sonrió ligeramentes Lily y yo repetí el gesto.

- ¿Sabes qué? - Marlene me miró y creí que iba a gritarme, enfada por hablar con serpientes - Lily todavía no le ha pedido salir a Potter.

  No puede evitar soltar una risita, mientras que mi pelirroja hermana rodaba los ojos pero le salía una pequeña sonrisa.

...

- Horribles días - dije alargando la última vocal, a la vez que me sentaba detrás de mis amigos. Frank, Lily, Alice y Marlene me miraban divertidos desde la mesa de enfrente y yo les saque un amable dedo del medio. Seguramente mi pelo estaba hecho un nido de pájaros. Casi y no me había dado tiempo a peinarmelo y, el haberme levantado más tarde de lo normal me obligó a correr hasta la clase de Encantamienos. Para darme cuenta, bastante tarde, de que no llegaba tan tarde. Mi esómago rugía y estaba segura de que tenía una cara de buen humor enorme. Para colmo, las mesas eran de dos en dos y yo ahora estaba sola.

- Alguien se ha levantado bien - se burló Marlene.

- ¿No se les ocurrió, no sé, levantarme?

- Eso no hubiese sido divertido, leona - Lily hizo alusión a mi pelo con obvia burla.

- Idiota - murmuré y dejé caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados.

- Llegó tu Romeo - señaló Alice con una sonrisa divertida. Miré hacia donde señalaba y por la puerta entraban Severusy Regulus. Se fijaron en la única sillas ocupadas, las nuestras, y Reg me sonrió. Él y Severus se dedicaron una mirada y Severus dio un asentimiento con un aire divertido.