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En el capítulo anterior:

Escuche su risa antes de que volviera a besarme. Si alguien nos estuviese viendo probablemente vomitaria arcoíris. No vamos a mentir, yo lo haría si fuera ellos, pero no podía evitar volverme una cursi con Regulus.

Ahora:

Cuando llegamos al jardín, fuimos al Lago Negro. No había nadie, así que supongo que estarían todos en clases.

Nos sentamos bajo la sombra de un árbol. Más bien él se sentó apoyando su espalda en el tronco del árbol y tiró de mí para que pusiera mi espalda apoyada en su pecho y mi cuerpo en sí sobre el suelo y entre sus piernas, mientras que el rodeaba con sus manos mi cintura.

Puedo asegurar que me puse del mismo color de mi pelo. Más cuando dejó un pequeño beso sobre mi hombro y entrelazó nuestros dedos. No sé si desmayarme, derretirme o vomitar arcoíris.

Giré mi cabeza para poder mirarle. Pude ver sobre su piel pálida un sonrojo tan notable como el mío. Sonreí y me incliné para dejar un casto beso sobre sus labios. Él sonrió devolviéndome el beso y después apoyé mi cabeza sobre su hombre, observando nuestras manos unidas mientras ambos empezábamos a moverlas, empezando una especie de juego silencioso y tranquilo.

- Prefiero esto a estar en clases - admití riendo ligeramente. Sentí su pecho vibrar a la vez que el sonido de su risa.

- Estoy de acuerdo.

- ¿Ya sabes que quieres ser? - le pregunté luego de un rato de cómodo silencio y miré hacia arriba y atrás durante unos segundos para mirarlo de nuevo durante unos segundos.

- No, la verdad es que no tengo ni idea. Mis

La gemela de Lily Evans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora