31

1.1K 85 0
                                    

En el capítulo anterior:

No pareció satisfecho y cogió mi mejilla para atraerme hacia sí y darme un beso más largo que los demás anteriores. Sonreí y moví mi mano para acariciar ligeramente los pelos de su nuca. Creo que podría estar así toda mi vida. Nos separamos justo cuando la puerta se abrió y entraron los Merodeadores. Regulus los miró durante unos segundos mientras se separaba más de mi para colocarse igual que como estábamos antes. Le sonreí a los Merodeadores. Estaba de tan buen humor que incluso le dediqué una mini sonrisa a Sirius.

Ahora:

En cuanto empezó a entrar más gente Regulus dejó de abrazarme por los hombros para coger mi mano por debajo de la mesa, apoyando nuestras manos unidas sobre mi muslo.

En cuanto la clase acabó, me fui con mis amigas, con un notable mejor humor que antes.

- ¿Eso qué fue? - preguntó Marlene en cuanto llegué a su lado, entrelazando nuestros brazos a la vez que empezábamos a caminar.

- ¿Me creerías si te digo que no lo sé? - no pude evitar sonreír.

- ¿Qué decía hace nada, Lily? - preguntó inocente Alice.

- Chicas, no, Regulus no me gusta. Es solo mi amigo, lo conozco desde muy poco - me imitó mi hermana haciendo una voz mucho más aguda que la mía.

- Esa no es mi voz - fue lo único que salió de mi casa.

Ellas se hecharon a reír y Frank solo se mordió el labio conteniendo una sonrisa.

- Oh, cierren sus bocas, estúpidas. Y Frank, no se te da bien contener la risa - me burlé de este último, quien hizo un puchero.

- Oh, si, claro que sí. Desaogaros con el pobre Frank - dramatizó el castaño y no pude evitar echarme a reír con las demás.

- ¿Tengo el terrible sufrimiento de llamarte cuñada? - los Merodeadores aparecieron y Sirius se acercó a mí a paso rápido.

- No, idota. Y aunque así fuera, lo mejor para los dos es que no me llames, directamente - le sonreí sarcásticamente y continué con mi camino esperando que se olvidara de mi existencia.

- Oh, vamos. Te lo estabas comiendo... de nuevo. Reg no parece el típico de amigos con derechos y tu tampoco. No me creo que no seáis nada.

- ¿Me estás diciendo que la única razón para que me hables medianamente amable es porque crees que salgo con tu hermano? Eres más cotilla de lo que me imaginaba.

- Gracias - hizo una especia de reverencia como si lo hubiera alagado, cosa que me hizo rodar los ojos.

- No te estaba alagando - aclaré con una sonrisa falsa.

- Oww, me dueles - hizo un puchero igual de actuado que mi anterior sonrisa - ahora en serio, no me creo que no estés saliendo con mi hermano, aunque no me voy a quejar de que no te unas a la familia - ya me estaba artando.

- ¿Qué te parece...? - me giré a mirarlo con una sonrisa sarcástica - ¿aún no, pero pronto tendrás que aguantarme como cuñada? - le volví a sacar el dedo del medio y seguí andando, maldiciendo a mis amigas que se habían quedados atrás riéndose con los demás Merodeadores. Aunque no dejé de andar, porque siempre diva nunca indiva.

La gemela de Lily Evans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora