El amor todo lo puede, el amor todo resuelve y es el arma para vencer cualquier cosa. Es lo que todos dicen ¿No?
Jeon Somin, una mujer responsable con cualidades buenas además de ser increíblemente bella tiene una vida tranquila acompañada de grandi...
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Al día siguiente el psicólogo Andre Carso, experto en psicología acudió al llamado de Taehyung, Somin se encontró verdaderamente indispuesta a recibirlo, sin tomar en cuenta los mimos que su esposo le había esparcido la noche anterior con tal de dejarla en pleno acto de excitación para el propio beneficio de persuasión del señor Kim. Se molestó tanto que inclusive cerró la puerta de su habitación con seguro y escondió las llaves entre sus pechos con tal de que el doctor evitara entrar en su alcoba privada y quisiera manosearla, pese a que todos sabían que el psicólogo no haría algo como eso puesto que se trataba de la esposa de un millonario que la ama infinitamente y si alguien ajeno a su cuerpo se atrevía a disgustarla Taehyung no dudaría en mandar un meteorito para matarlo.
La demencia y la locura no eran consideradas una enfermedad sobre una persona de defecto psicológico en Corea del Sur y a pesar de ser de mentes abiertas, Somin no podía evitar sentirse una loca cuando su esposo mando a llamar al psicólogo. ¡Era completamente inaudito!
Considerando que el doctor era estadounidense con una mente abierta podía jurar que no la discriminaría, pero eso no evitaba su dolor.
¡¿Por qué diablos J.Seph no creía una de sus palabras?!
No es como si Somin creyera en los fantasmas, zombis y muertos que están penando por la tierra, pero ella jamás jugaría con algo como eso. La anciana vagabunda había dado una historia creíble, si consideraba las bases de la muerte del abuelo Minho y el hecho de que el lugar antes era un prostíbulo de muerte... Era fácil sentirse atemorizado... Y J.Seph no entendía ni pio de las palabras que ella decía.
Si continuaba sin creerle, Somin lo obligaría a hacerse la vasectomía y que sufriera como un loco descontrolado cuando se la hiciera.
Después de horas y horas convenciendo al doctor que no se marchase, Somin accedió a recibirlo y dejar que le hiciera las preguntas para determinar un diagnóstico. J.Seph se aliviano por ello y se dejó caer sobre el sofá de cuero de la sala del segundo piso. Irene preparaba la comida y el ver que su jefe se fatigaba con cada palmada que rozaba su cara le irrito por completo.
—¡Basta Taehyung! —gritó enojada ella dejando los huevos que se cocinaban, de lado.
—¿Cómo deseas que me calme cuando mi esposa puede tener algún....? —refunfuño señalando con el dedo su habitación conyugal.
—¿Algún trastorno psicológico? ¿Algún trauma de su infancia? —preguntó irónicamente la chica ¡Por Dios, Tae! Si Somin tuviera un trastorno psicológico ya lo hubiéramos sabido, pero se comporta como una autentica esposa normal que lo único que quiere es que su esposo le crea.
—¿Y tú si le crees? — la miro furibundo e incrédulo.
—No del todo —admitió con sinceridad —. Alguien trato de incriminarte con una horrible evidencia de delito, puede que solo este asustada... hablando de ello ¿Has tenido otra novedad sobre lo susodicho?
