Capítulo 24

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Con algo de duda J

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Con algo de duda J.Seph permitió que Somin dejara pasar a la mujer a la sala del primer piso y ofrecerle algo de comer. Era una vagabunda después de todo y no sabían si había ingerido algo durante el día.

—Tome un té, señora —ofreció Irene colocando la taza en la mesa de centro mientras Somin se sentaba con ayuda de J.Seph en el sofá de frente. Sin replicar la mujer tomo la taza y empezó a beber de esta. No había chantajeado la información que sabía por su hambre pero no importaba que fueran hospitalarios con ella.

—¿Puede explicarme de que habla?— cuestionó J.Seph —En este lugar no hay ningún fantasma que afrontar como en el gran conjuro— le dio poca importancia al asunto.

—¡Si lo hay, señor Kim!— dijo la mujer dejando la taza sin una sola gota de líquido— Yo la he visto y su abuelo la vio cuando murió. Fui testigo ese día.

—No es posible que mi abuelo viera un fantasma, él jamás creyó en semejantes avistamientos.

—No puedes saber si fue un fantasma, no estuviste ahí y si recordamos los testimonios de SinB, Junmyeon y de la señora presente son tres contra ti— explicó Somin con un codazo.

—Su esposa tiene razón. "Ella" fue la razón de la muerte de su abuelo. ¡Yo lo vi con estos ojitos!— señaló sus iris.

—¿Esperan que crea que un fantasma intervino en la vida de mi abuelo?

—Sí, y por el bien de su heredero debe creer mis palabras. Ella ya sabe que la señora Kim está embarazada y no dudará en que es una presa fácil que consumir como cuando usted estaba en el vientre de su madre. Recuerdo que una vez sus padres vinieron aquí a desenterrar el tesoro de Kim Minho.

—¿Enserio?— exclamó Somin interesada— ¿Hay un tesoro por estás paredes?

—Así es, yo misma ayudé a esconderlo pero curiosamente olvide dónde —J.Seph sorpresivamente enarcó una ceja curiosa.

—Pero eso no les importa— exclamó la mujer haciendo un ademán con las manos —tengo que advertirles sobre ella. Sobre Kim Lix, ese era su nombre y murió aquí justo en este mismo lugar.

Somin miró a su alrededor y se asustó considerablemente, tanto logró alterarse que mejor decidió coger a J.Seph fuertemente de la mano y no soltarlo hasta la cena.

—Alguna vez le dije que una mujer se había suicidado frente a sus hijos aquí estando embarazada de su tercer hijo.

—Recuerdo que me lo dijo la primera vez que la vi— recordó J.Seph.

—Esa mujer se llamaba Kim Lix, y era muy linda, aún recuerdo cuando trabajamos juntas en este prostíbulo.

La pareja casi dejó caer sus ojos.

—Ella era la más solicitada para pasar las noches y por más extraño que les parezca ella amaba su trabajo, eso hasta que se embarazó de un hombre rico pero este no quiso casarse con ella al final, finalmente se suicidó frente a sus hijos nacidos.

Sensaciones peligrosas J.SODonde viven las historias. Descúbrelo ahora