Capítulo 34

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J.Seph deseaba no cerrar los ojos pese a tener una infinidad de sueño que amenazaba con darle una bofetada en cualquier momento.

—Taehyung, duerme— dijo su madre sentándose cerca de él en los asientos del hospital envuelta en un abrigo de pieles.

—Somin está bien — dijo su hermano un tanto lejos de su madre.

Yugyeom había estado con él todo el tiempo y eso ayudó a reforzar su teoría de la droga, se comunicó a la policía inmediatamente y en vista de las circunstancias investigarían esta vez cada centímetro de la propiedad, pero no podían molestar a la señora Somin de Kim, el día de mañana acudirían a dar inició a la investigación pese a que J.Seph continuaba en observación y Somin no podía ser movida de su lugar, pero tampoco se podía dejar el misterio sin resolver.

—Yo cuidare de mi hijo— pronunció con firmeza y recelo la madre de J.Seph. Era evidente que se tardarían años en coger la tolerancia.

—Puedo quedarme con él otro tiempo más...

—No, no puedes. Mejor ve con mi nuera, ella te necesita más que mi hijo— interrumpió con los ojos en blanco.

—Madre— llamó Taehyung.

—¿Qué? Esa muchacha debe estar desconsolada y más con mi nieto en su vientre. Mejor que se vaya y me deje cuidarte como siempre debí hacerlo.

La cara discreta de Yugyeom revelo su intolerancia a tan narcista mujer, o no es que fuese narcista, continuaba lastimada por la existencia de un hijo nacido fuera del matrimonio.

—Puedes ir con ella— autorizó Taehyung —. Si esta despierta dile que la amo.

Lo último que vio antes de quedarse de nuevo profundamente dormido fue el asentimiento de cabeza de Yugyeom y la sonrisa tierna.

...

De nuevo Somin se había quedado dormida, no supo más sobre Jiwoo, solo que estaba siendo atendida por Irene. Algo estaba ocurriendo sospechosamente con sus horas de sueño.

Ya no quería estar dentro de ese universo.

La madame parecía estar realmente enojada con la señorita Lix, demasiado.

—¿Estas embarazada? — preguntó aquella dama exageradamente maquillada revisándose en el espejo que llevaba en la mano.

—El padre es el señor Kim— anunció la chica con un mini sonrisa que hizo que la madame se cayera del impacto.

—¡Oh Dios! ¡Has estado con el señor Kim! —exclamó en un grito.

—¡Ha hecho brujería para que el señor Kim caiga ante sus pies!— acusó una de las chicas en camisón llegando por detrás, al vestíbulo que es el lugar donde peleaban. El vestíbulo por lo regular estaba relleno de las muchachas acostadas en los sofás con los hombres escogiendo con quien querían pasar los días o eso es lo que había visto Somin en la ocasión anterior.

Sensaciones peligrosas J.SODonde viven las historias. Descúbrelo ahora