El amor todo lo puede, el amor todo resuelve y es el arma para vencer cualquier cosa. Es lo que todos dicen ¿No?
Jeon Somin, una mujer responsable con cualidades buenas además de ser increíblemente bella tiene una vida tranquila acompañada de grandi...
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—No creo que sea necesario recordar que era un prostíbulo, fuente de nacimiento de muchos crimines, así que no me sorprenderían que tuvieran problemas con mi padre ¿Pero qué demonios tienes que ver tú con todo esto? ¿Tienes algún enemigo evidente?
—No lo recuerdo en absoluto. Más, lo dudo mucho. Siempre me he llevado muy bien con todos, tanto en relaciones laborales y sociales, siempre he intentado hacer buenos amigos y gracias a ello las industrias desde que estoy al frente han tenido más socios— menciono tallándose discretamente las ojeras de su rostro.
—Es demasiado raro para que exista un análisis lógico, si fuese una novela de una escritora de fanfics sería más fácil adivinar el suceso. Pero no puedo comprender... Aunque es demasiada coincidencia que se exista la posibilidad de que los cadáveres con todo y sangre lleguen a tu casa... Encontré que hace tiempo una mujer se suicidó en ese lugar con un hijo en el vientre frente a sus dos hijos y años posteriores uno de los niños que se crio ahí se suicidó también.
¿Dos suicidios?
Eso despertó la curiosidad de J.Seph.
—¿Hallaste algo más?— preguntó frunciendo el ceño.
—Sí, ese hombre era tu... — la información de Jiwoo hizo que a J.Seph se le preparara la mente para escuchar lo peor, hasta que Irene gritó que Somin había despertado de su muy largo sueño. La información era importante pero a su esposa lo era aún más. No le dio importancia correr hasta donde la dueña de su corazón.
Su Somin se encontraba sentada recalcando la forma de su pequeño vientre. Irene sostenía su espalda y Matthew llamaba a la enfermera. Jiwoo fue a sentarse a su lado y calmo sus ansias de un interrogatorio, le dieron espacio para respirar a las dos horas Somin estaba perfectamente dispuesta a contestar todo. No sin antes preguntar desesperadamente sobre el estado de su bebé.
—Nuestro hijo se encuentra bien, no tienes que preocuparte en vano— decía Taehyung permitiendo verse a flote la sensación de alivio —. Fue afortunado que te desmayaras en tu tina de baño ya sentada y no en el suelo.
—Pero... — trató de hablar con fluidez pero las emociones con signo de interrogación se formalizaron en su pecho y de ahí a su boca —¡Creí que estabas muerto! ¿Quién fue capaz de difamar una información tan relevante para mí?
—Yo— entro rápidamente Yugyeom con un gigante ramo de rosas, un osito de seda y una caja de bombones dulces —. Lamento haber hablado tan fuerte sin saber que podría causar algún importuno en la casa, más aun sabiendo de sobra su estado señora Kim.
—Yugyeom escucho mal a uno de los guardaespaldas, llego ese día para agradecerte por el dinero que le diste pero como estaba tomando un baño charlo unos instantes con Irene y se le salió de la boca— explicó su esposo a la vez que su cuñado se acercaba.
—Lamento haber hablado tan fuerte. Debo limpiarme los oídos de mejor forma para no provocar un accidente la próxima vez— habló el muchacho bajando tímidamente la cabeza.
