Capítulo 13

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Le sorprendía que el abuelo de Taehyung hubiera tenido una casa ubicada en un callejón poco recomendable para alguien con su posición económica. Las calles resaltaban por la falta de dos características en específico; la limpieza o mejor estado de estás, había montones de plantas creciendo sin control y al parecer también carecían de agua y luz solar para crecer entre el pavimento de la calle.

Había caído el sol en su última posición antes de dar la vuelta al mundo, la oscuridad casi reinaba en esa zona de no ser por algunas lámparas públicas alumbrando.

Logró mirar algo de la zona después de despertar de un sueño profundo, la cura más rápida que pudo encontrar a sus insoportables mareos que se habían presentado a los quince minutos de camino, Irene tenía el botiquín de primeros auxilios a la mano, suponía que ahí debían estar los medicamentos que el médico había recomendado en caso de que los síntomas fueran muy fuertes. No calmaban por completo sus mareos pero aligeraban el peso de la cabeza.

—Ya llegamos—informó Taehyung apagando el auto frente a un edificio de tamaño medio con tres pisos, desde el exterior las plantas se veían grandes y espaciosas, las tres con grandes ventanales cubiertas por cortinas que impedían la vista al interior.

Somin se incorporó correctamente sobre el asiento al mismo tiempo que J.Seph daba la vuelta al auto y extendía su brazo una vez que Somin abrió la puerta ofreciéndole escoltarla a su nuevo hogar. Somin cogió su mano tímidamente dejándose llevar por el momento, giró su vista a la fachada mirando correctamente cada uno de sus detalles. Estaba pintada de un color hueso pinto con detalles negros y otros colores azules, lujosos pero casuales.

—Es linda —dijo ella sosteniéndose de los brazos de su esposo, pues de repente un mareo había aturdido su mente.

—¿Estás bien? Mejor vamos adentro.

Observó cómo Irene ayudaba a los que al parecer eran tipo guardaespaldas o bien los encargados de la vigilancia del lugar que bajaban su equipaje de la cajuela.

Entró a la casa y sus ojos divisaron el vestíbulo adornado de galantes detalles modernos. Una sala para visitas y el despacho personal de J.Seph. En el segundo piso había otra sala más íntima que la anterior, más la cocina, comedor y cuarto de lavado y finalmente en el tercer piso las habitaciones.

—Todo es muy bonito —mencionó Somin mientras ambos bajaban del tercer piso al segundo.

—Me alegra mucho que te guste.

Pronto llegó Irene junto a un chico de traje y un artefacto en su oreja. Parecía uno de los guardianes de la casa.

—Señora Kim—comenzó Irene con burla —. Permítame presentarle al jefe de seguridad de la casa: Lee Donghae.

—Mucho gusto conocerla señorita Somin.

—Igualmente, gracias.

—Donghae se encargará de protegernos durante las noches— informó J.Seph.

Sensaciones peligrosas J.SODonde viven las historias. Descúbrelo ahora