El amor todo lo puede, el amor todo resuelve y es el arma para vencer cualquier cosa. Es lo que todos dicen ¿No?
Jeon Somin, una mujer responsable con cualidades buenas además de ser increíblemente bella tiene una vida tranquila acompañada de grandi...
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Por fin había amanecido hasta estar libre de sueño, Somin se dejó consentir con los mimos de su esposo. No sin notar que su Taehyung estaba hecho un descabellado caballero, estaba adornado de ojeras. Incluso su bonito cabello estaba desordenado.
—¿Qué te pasa, cariño?— preguntó ella sin dejar de verle la cara.
Hace dos días que fue trasladada a... aquella casa. Donde todas sus pesadillas se estaban desarrollando por medio de ese escenario tan vil... tan sangriento. Tan doloroso para los pequeños.
—¿De qué hablas? Estaba preocupado por ti— le dijo con una sonrisa... forzada.
—No, te conozco muy bien, Taehyung— habló seriamente su esposa —¿Qué fue lo que paso?
—Nada ¿No tienes sueño ya?— preguntó con afán de distraerle.
Somin frunció el ceño insistiendo con más ganas.
—Solo porque estoy embarazada no significa que no puedo leerte por medio de los ojos. Dime ¿Qué te pasa?
J.Seph respingo con fuerza y se abstuvo de decir la respuesta que Somin quería. No lo haría. No la preocuparía. Habían llegado a esa casa debido a que por el susto, Somin estaba en pleno proceso de riesgo por su bebé, no podía estar parada, no podía subir escaleras ni tampoco podía ir al baño sin que nadie tuviera que ayudarle. Y por la fuerza de su prisa por sacarle y ver que no existía ninguna casa a su nombre más que ese infierno sin que tuviera la necesidad de subir más de un piso, la necesidad de tenerla en mejor estado fue lo que lo orilló a estar allí. Si estar en un hospital con los debidos cuidados que se podían ejercer en casa, no tendría sentido estar en el hospital. Con el cuerpo de la anciana a manos de la policía, el guardaespaldas traidor acusado de cómplice ante el tribunal y la escena del crimen despejada se pudo estar con cierta tranquilidad... Pero esta vez se estaba volviendo una irremediable casa de los sustos.
—No pasa nada— J.Seph sonrió pero no fue suficiente. Somin se alejó y se cruzó de brazos volteando la mirada—. Lo estoy digo enserio— compuso J.Seph notando el comportamiento de ella.
—También te digo enserio cuando menciono que se leer a través de ti— atacó ella alejándose —. ¿Por qué teníamos que volver a este lugar? ¿No se supone que es una escena del crimen? Estamos contaminando la escena con nuestra presencia.
—El criminólogo lo ha descartado ya, dice que es mejor no levantar sospechas, después de estos atentados es posible que al notar mi ausencia en la cárcel, el culpable quiera intentar otra cosa una vez más.
—¿Quieres decir que has tenido ya consciencia de dejar aquí a tu esposa embarazada?
—El medico dicto que es necesario que te encuentres en un lugar de primer piso, subir las escaleras a pesar de que puedas caminar es riesgoso, pero si necesitas ya mismo puedo traer una silla de ruedas y llevarte a nuestra habitación— se levantó con el móvil en la mano justo con para marcar el número de Irene, quien se encontraba fuera de casa haciendo la compra para la semana y así tuviera la oportunidad de comprarla.