Capitulo 16

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Veo cada una de las notificaciones y no hay ningún mensaje suyo.

No me preocupa tanto porque ambos necesitamos espacio, aún así es raro para mí estar pensando en que algún chico este distanciado de mi.

Pero no creo que eso suceda porque lo que hizo Rose ni siquiera yo lo sabía.

Después de pensar tanto en lo que sucedió con mi mejor amiga y mi hermana me voy quedando dormida.

A la mañana siguiente me despierto a las 6:18 de la mañana, trato de dormir unos minutos más pero ya no puedo, así que decido aprovechar la mañana.

Me baño, lavo mis dientes, me visto, tiendo mi cama y arreglo mi estante de libros.

Decidí hoy no ir a la escuela para pasar tiempo con Mel.

Me gustaría también estar con Rose, pero tal vez en la tarde vaya a su casa.

Cuando termino de peinarme veo la hora en mi teléfono y ya son las 7:09 AM. Sin duda pasa rápido el tiempo.

Entro a mis redes sociales y no encuentro nada bueno, tampoco veo ningún mensaje de Rose ni mucho menos de Carol y está bien, se que necesita espacio, así como lo necesito yo.

No es mucho tiempo que llevamos de conocernos así que no es como si estuviera muy triste de que no hablemos por un día.

Después de estar unos minutos más con el teléfono decido ir al cuarto de Mel para ver cómo amaneció.

Voy a su cuarto y tocó la puerta.

—Adelante —dice después de unos segundos.

Entro y veo que está en la cama con su computadora.

—Buenos días Mel.

Me señala con la mano que no tiene herida que me recueste a lado de ella y eso hago.

— ¿Cómo amaneciste?

—Estoy mejor, mamá vino hace una hora y media a dejarme unos medicamentos que ya tomé para el dolor.

Le beso la mejilla.

—Emocionalmente, ¿cómo estás?

—Ken, no hay nada de que preocuparse, ayer tenía ganas de llorar porque estaba triste pero no fue nada.

—Si estabas sensible o triste era por algo, no por nada vas a estar así.

—Serás muy buena psicóloga hermanita —no hay sarcasmo en lo que dijo.

—Espero así sea, pero no me cambies la conversación y dime la razón de estar así ayer.

—Creo que a ti y a nuestros padres se les olvida que me golpeé la mano, la sien y que por el golpe ando un collar.

—Hace seis años te fracturaste la mano y nunca te vi llorar como lo hiciste ayer.

—Era valiente —se encoge de hombros— a parte estoy en la pubertad y cualquier cosa me puede poner sensible.

—Esta bien, cuando alguien no quiere hablar del tema no podemos forzar nada, pero si fue algo que te hicieron puedes decirlo.

Me acerco más a ella y la abrazo cuidando de las heridas que tiene.

—Eres mi chica favorita —le digo.

—Y tú la mía.

— ¿Cómo vas con lo de la universidad? ¿Has pensando a dónde te gustaría ir? —le preguntó.

—Aun tengo unas dudas pero ya las estoy resolviendo, solo faltan dos meses para presentar el examen.

—Investiga, infórmate bien y resuelve esas dudas, sino puedes sola puedes preguntar.

—Gracias Keni.

Cuando está muy cariñosa suele llamarme así.

La miró y le sonrió.

—Entonces ¿Turismo y comercio internacional?

—Si, ya está decidido.

— ¿Estas segura de que quieres presentar en una universidad del Estado? —asiente— ¿Por qué no conoces otros lugares?

—Me gustan las universidades que hay aquí, a parte quiero estar cerca de ustedes.

—Esta bien, como tú digas.

—Ya pronto será tu cumpleaños ¿qué harás?

—No lo sé, aún no he pensado en eso, aún falta un mes.

—Es lo justo para planear tus veintiún años.

—Organicemos algo, invita a tu amigos, mamá y papá dirán que si.

—No lo sé Mel.

—Yo creo que Carol estará encantado.

La miro raro.

— ¿Por qué Carol? Si el no es el de la fiesta.

Ignora mi pregunta.

— ¿Entonces si harás una? —me pregunta emocionada.

Quiero reír.

—Si Mel, si —le sonrió— organiza tu todo, que no sea nada extravagante y pregúntame sobre los detalles, no quiero que llegue un circo y me tomé por sorpresa.

Se ríe.

—Ya me disté una idea —se carcajea.

Nos quedamos un rato más hasta que decidimos bajar.

Aún es temprano, pero es raro ver a mis padres aún en la casa, ya son las nueve así que deberían estar en su trabajo.

Ambos están desayunando.

—Buenos días —decimos mi hermana.

Le damos un beso a cada uno y tomamos asiento en la mesa.

—¿Cómo estás niña preciosa? —le pregunta papá a mi hermana.

—Estoy bien, no se preocupen, como cualquier persona tuve mi momento de debilidad, pero ya todo está en orden.

Papá asiente.

—Que bueno hija, pero aún hay algunas cosas que checar —Habla mi madre está vez.

Mel la mira y asiente.

—¿Cómo estás tú, princesa hermosa? —esta vez papá se dirige hacía mí.

—Yo estoy bien, igual ayer no fue un excelente día, pero no hay nada que no se pueda resolver. Hoy no fui a la escuela, quise quedarme hoy con Mel, espero y no tengan problema con eso.

Los miro a ambos.

—De hecho, me alegra que los cuatro nos estemos dando nuestro tiempo, creo que todos en algún momento llegamos a frustrarnos de alguna manera y no queda mal un pequeño descanso, verdad amor —Mamá mira a papá con una sonrisa.

—Estoy de acuerdo contigo cielo, también tenemos dudas que resolver, consejos que dar e información por recibir —comenta papá.

Mi hermana y yo estamos de acuerdo.

—Hagan lo que tengan que hacer, duerman, salgan si así lo desean o también podemos ver alguna película, lo que crean conveniente —mi madre nos mira— solo que en la cena tendremos una larga plática.

—Esta bien —digo yo.

Notita de la autora: Hola, aquí les dejo un capítulo más, he estado actualizando seguido, me encuentro bien emocionalmente para escribir y a parte de mis actividades eso es lo que he hecho.

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Con amor y cariño Marleni Avendaño❤️

Destino o CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora