Capitulo 20

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Cuando percibo que se acerca trato de ignorarlo.

Aún después de ignorarlo se para frente a mi impidiéndome el paso, lo esquivo enojada, pero me toma del brazo.

—Espera bonita.

—No tengo tiempo ni la paciencia de estar lidiando contigo así que por favor déjame en paz.

La mirada que le doy deja claro mi enojo.

Me hago un lado para seguir con mi camino, pero no lo logro.

Se vuelve a poner frente a mi, está vez empujándome lentamente hacia un lado para que los otros universitarios puedan pasar.

—Alex Flores Méndez —me mira a los ojos cuando digo su nombre— ¿Qué quieres?

Había olvidado lo guapo que es este chico, ese pantalón azul marino que lleva le queda de maravilla.

—Te invito un café.

—¿Qué?

—Te estoy invitando a que tomes un café o un helado conmigo en la salida —Su tono es natural, como si fuéramos viejos amigos.

—¿Desde cuándo tu y yo nos volvimos compañeros que toman el café o helados juntos? —Le preguntó alzando una ceja.

—Podemos ser desde ahorita —propone.

—No, ¿Qué necesitas? —soy directa.

—No necesito nada, solo quiero ser amigo tuyo —Trata de convencerme.

Sé que está buscando algo y que la amistad que quiere tiene un fin.

—Tu eres igual que la menstruación, a todas les llegas.

—Solo quiero tu amistad.

—Tengo muchas cosas que hacer, y una de ellas es dejar de hablar con tontos.

—Pues yo no soy ningún tonto así que puedes platicar conmigo.

Ruedo los ojos.

¿Es que acaso es pendejo?

—Nos vemos.

Lo dejo hablando solo y voy a la siguiente clase que me toca.

Cuando estoy dentro me doy cuenta que ya todos están ahí menos yo y la maestra.

Busco algún lugar vacío y me siento.

—Keni Keni, ¿estás bien? —Solo con escuchar la burla de sus labios se quién es.

—Darían, Darían, ¿Quieres dejar de joder? —la miro.

No puedo negar que el cambio en su cabello le quedo genial, esas puntas violetas hacen que se vea joven y hermosa.

—Solo me preocupaba por ti —se encoje de hombros.

—Pues no lo hagas —le digo seria.

No vuelve a mencionar ninguna palabra.

Después de tomar la última clase salgo y busco a Carol.

Cuando no lo encuentro ni en los pasillos ni en la cancha voy a la cafetería.

Busco bien y lo encuentro sentado con sus amigos, todos riendo menos el que está sin un rastro de felicidad.

Me acerco.

—Hola chicos —Saludo a los cuatro.

Todos me sonríen y el primero en pararse y saludarme con un beso en la mejilla fue Ricardo, después Erick y por último con su encantadora sonrisa, Onur.

Carol ni siquiera me mira, es como si estuviera sumergido en sus pensamientos.

Cuando los chicos se percatan de la situación le pellizcan el brazo.

—Carol, Keni está aquí —Onur me señala.

—Nos vamos —se despide Erick.

Los tres se van y nos dejan solos.
Busco la silla más cerca de el y me siento.

Lo miro, no hay rastro del chico alegre ni bromista.

Pasan tres minutos en un silencio no tenso pero tal vez incómodo.

Decido hablar yo primero.

—Carol, ¿Cómo te sientes? Puedes contarme, después de todo soy amiga tuya —le tomo la mano derecha.

Cuando siente mi tacto quita rápido su mano como si la mía le quemará.

— ¿Te sucede algo? —Estoy confundida.

Alza la cabeza y me mira.

—Si, tengo montones de problemas como para estar pendientes de los suyos, con los míos basta.

No sé de qué habla.

—No te entiendo —soy sincera.

—¿Es que acaso no te das cuenta? No soy tonto sabes.

Habla con seriedad y enojó como si yo supiera la razón de su actitud.

Esto me está alterando.

—No se de hablas —me encojó de hombros.

—Estuve pensando sobre lo que ocurrió con tu amiga, esa chica ni siquiera merece que yo la llamé por su nombre —sin duda está enojado— y si ella lo hizo ¿tú por qué no?, Son amigas ¿Por qué no harías lo mismo?

Cuando termina de hablar estoy sorprendida de lo que sus labios han dicho.

—¿Crees que te haré lo mismo? —le preguntó mirándolo a los ojos.

No responde, solo me mirá.

—¡¿Es que acaso eres imbécil?! —me altero— a está edad yo no quiero hijos, no porque no pueda tenerlo, sino porque aún no estoy preparada para ello, no tengo nada que ofrecerle a un bebé, tampoco es como que de a luz a un perro que alimentare con leche y croquetas, yo no voy por la vida buscando chicos guapos a los que romperle los condones para quedar embarazada.

Cuando termino de hablar el se pone pálido, no esperaba esa reacción de mi parte.

—Ken… —lo interrumpo.

Se que ya se dio cuenta de su error.

Me paro de mi silla.

—Yo no soy es chica Carol, yo soy Kendall una chica con cerebro y no mierda, has insultado mi valor como persona y yo no puedo estar ni convivir con gente estúpida y arrogante como tú.

—Ken creo que no pensé…

—¡Cállate! No quiero seguir escuchando ideas absurdas y mucho menos insultos hacia mi.

Me voy.

Cuando llegó al estacionamiento siento algo salado por mis labios.

Lágrimas, son lágrimas derramadas por un chico.

Notita de la autora: Hola chicas, aquí otro cápitulo más.

Gracias por leerme.

No sé olviden de comentar y votar.
Con amor y cariño Marleni Avendaño ♥️

Destino o CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora