Capitulo 3

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Ya terminaron las clases y me alegra que sea fin de semana.

—Rose voy por un libro a la biblioteca, ¿vas conmigo o te vas a casa? —le pregunto a la rubia.

Rose es una de las chicas que más adoro, somos tres, pero Melissa se mudó a EUA, sin embargo aún nos llevamos bien.

—No, quedé con mamá y mi hermano que llegaría temprano porque le tenemos una sorpresa a papá por su cumpleaños, ¿lo olvidaste? —comenta besando mi mejilla.

—No —digo mintiendo—dale felicitaciones de mi parte.

—Ken, te dije que podías venir.

—No, tómalo como reunión familiar y diviértete.

Rose no tenía buena relación con su familia después de lo que le pasó, pero ya está trabajando en ello.

—Te adoro, nos vemos —dice alejándose y yo sonrió.

Entro a la biblioteca en silencio y voy por el libro que necesito.
Lo encuentro y empiezo a ojearlo.

Alguien toma mi cintura ocasionado que se caiga de las manos, mientras la encargada pide silencio.

Lo levanto y quiero voltear para ver quién es pero sigue tomándome de la cintura.

—Tienes un buen trasero.

Solo con escuchar esa voz se perfectamente que es Carol.

—Si, trasero que no aprovechaste —le digo separándome para sentarme en una mesa.

El hace lo mismo quedando frente a mi.

Lo miro y veo las pecas que tiene en las mejillas, los lunares que tiene en el cuello, en ambos brazos y el hoyuelo que se le forma mientras sonríe.

—¿Quieres una foto Kendall?

Es la primera vez que me llama por mi nombre.

—Lo que quiero es que dejes de joder.

—Mañana —me dice y yo lo miro confundida.

—¿Mañana qué?

—Ve a la dirección que te voy a enviar, te voy a mostrar mis encantos.

Yo suelto una carcajada y el se pone serio.

—No te hagas ilusiones guapo, que hay más personas con las que pasar el rato.

—Ve, te aseguro que te gustará.

Se levanta para irse y me besa la mejilla.

¿Y este qué se cree? Ni piense que iré.

Llego a mi casa y mamá está preparando la comida con mi hermana, les ayudo mientras cuento sobre el cumpleaños del señor Daniel Brams.

—Un chico me dijo que le gustó —mi madre y yo miramos a mi hermana.

—Cuéntanos con detalles —pide mi madre.

—Estaba en la cancha con Marie y Rocío —sus amigas— comiendo unas galletas cuando llegó Tristán con una rosa, me dijo que si lo acompañaba a la cafetería, fui con el, antes de llegar me dijo: Mel, sabes lo mucho que me gustas y si tú me das la oportunidad te puedo enamorar.

—¿Y que le dijiste? —pregunto entusiasmada.

—Si, hija que le dijiste.

Las tres volteamos sorprendidas hacia la esquina de la sala donde está mi padre recostado en la pared.

Tiene 46 años, es alto, güero, cabello oscuro, ojos grises y aún se conserva. Mi madre es de su edad, ella es de altura media, cabello y ojos cafés claros, se conocieron en la universidad y a pesar de las dificultades nunca se dejaron.

—Buenas tardes papá —lo saludo dándole un beso.

Saluda a mamá y mira a mi hermana.

—Sigue contando Melanie —le pide mi padre sonriendo.

—Pues le dije que si —habla sonrojándose.

Nos terminamos riendo todos en los sillones.

—No me pediste permiso ni a tu madre ni a mí Mel —dice papá serio.

Mi hermana no sabe que decir y mamá suelta una carcajada.

—Tu padre está bromeando hija, claro que te damos permiso, por supuesto que con responsabilidad y respeto pueden ser algo más —comenta mamá y yo solo beso la mejilla de mi hermana.

—Voy a dormir un rato, si me necesitan para algo me despiertan.

—Ve mi princesa —me dice papá.

Entro a mi habitación, busco mi teléfono y veo los nuevos mensajes:

Carol Averry: No hay dirección, yo voy a ir por ti a las 4:30 PM

No le respondo, porque yo no voy a ir a ningún lado con el.

Me duermo, a las 6:00 PM hago tareas, solo bajo a cenar, me despido y entro a ver los mensajes de Melissa y Rose en un grupo que tenemos, adoro a esas chicas.

A Rose la conocí en la preparatoria y a Meli en la universidad, siempre fuimos unidas, cuando Meli nos dijo que se iba nos dolió pero después lo vimos como una nueva oportunidad para ella, solo vivía con su padre y hermana mayor, su madre murió cuando estaba en último año de preparatoria, después su padre perdió su trabajo como ingeniero en sistemas y se quedó en casa mientras la hija mayor era quien trabajaba.
Después le ofrecieron un trabajo al señor Ricardo en Estados Unidos y se fue con sus dos hijas, Meli dijo que le gustaba la idea y ahora solo estamos esperando que nos visite.
                         
A la mañana siguiente despierto a las 8:00 am, me baño y lavo mis dientes.

Decido ponerme un shorts corto, una blusa cómoda con unas sandalias.

Bajo pero no hay nadie, entonces decido preparar el desayuno.

Hago huevos con plátano y jugo de naranja.

Desayunamos; mamá, mi hermana y yo. Porque papá ya se había ido al trabajo, es arquitecto, mi madre se está tomando unos días para volver a su trabajo, ella es ingeniera civil.

—Yo voy arreglar mi cuarto, si me necesitan allá estaré —comento para después irme.

Pongo música y comienzo arreglando la cama, barriendo y quitando todo el polvo acumulado. Se me va el tiempo en eso y cantando mis canciones favoritas.

—Cariño, te buscan —me dice mi madre y baja el volumen de la música.

—¿Rose? —pregunto.

—No, un chico que dice quedó en salir contigo ahorita.

—Esta bien madre, ahorita voy.

Joder con Carol.

Destino o CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora