One-shots AllSteve

MagicShield

Strange podía considerarse un buen maestro, uno ejemplar y educado.
Enseñaba en la academia Shield y era profesor de inglés avanzado.

Últimamente había notado cierto comportamiento en sus alumnos. Estos le miraban y reían como si hubieran hecho una travesura así que buscaba de forma disimulada para ver si no se encuentraba en peligro de una broma pero simplemente, todo se encontraba normal.

Suspiro cuando estaba en una conversación con el alumno prodigio, un chico castaño de nombre Anthony Stark le había preguntado en inglés sobre cuando le haría la valiosa pregunta de ser pareja a la maestra Christine, profesora de comunicación. Ni corto o perezoso regaño de forma tranquila y elegante al chico para continuar con la conversación del libro cuando tocaron la puerta del salón.

- Pase - respondió con su voz seria y tranquila cuando Steve Rogers, profesor de historia y amor prohibido de ciertas jovencitas entro con una sonrisa tímida y encogiéndose con pena. Sonrió levemente al ver al rubio avergonzado que con pena se acomodo la voz.

- Buenos días profesor Strange, alumnos - saludo viendo a los estudiantes quienes respondieron al saludo y las chicas le miraban coquetas. - Disculpe profesor, ¿Por casualidad tendrá gis? Se me ha acabado mi guarnición.

Strange asintió para ir tras su escritorio, de uno de los cajones saco una cajita completa de gis blanco para ir a dónde estaba el profesor rubio. Tocando con disimuló sus manos y guiñarle un ojo, haciendo sonrojar al profesor de historia.

- Espero con esto le alcance. Sino ya sabe, puede venir a pedirme por más - dijo con doble sentido y haciendo sonrojar más al rubio quien asintió y salió después de haberse despedido.

Como si nada y con porte elegante, regreso con el libro de inglés y siguió con la conversación para finalmente dejar tarea a sus alumnos.
La hora de clases había finalizado en unos minutos y dio el momento de tener hora libre.

Sonrió relajado cuando sus alumnos abandonaron el salón. Se sentó tranquilo y dispuesto a comer su emparedado de jamón y queso cuando Christine entro a su salón, interrumpiendo su dichoso almuerzo.

- Hola... Pensé que tal vez quisieras compañía - comento con un sonrojo y una pequeña sonrisa. Quiso negar, de hecho estaba esperando a alguien.

- Gracias, pero de hecho...

- Stephen - hablo seria y colocándose frente suyo. Se levantó por curiosidad mientras que alzaba una ceja.
Estaba por hablar y preguntar sobre si necesitaba algo pero la cercanía de la mujer le empezó a llenar lo que era su espacio personal.

Frunció levemente el ceño, Christine estaba demasiado cerca cuando la puerta nuevamente se abrió. Esta vez, el profesor de historia con un pequeño Topper azul y una botella de agua en mano interrumpió esa extraña plática.

- Disculpen, yo... - hablo torpe y desviando la mirada con incómodes.

Strange aprovecho aquel momento para separarse de la mujer y mirarla serio.
- No sé que buscas Palmer, pero créeme, si mi comportamiento contigo te hicieron confundir las cosas profesionales con sentimentales... Lo siento mucho. - explico serio y aún con el ceño fruncido.

Aquello avergonzó a la chica quien asintió y salió casi huyendo del salón dejando al par de hombres solos.

- Steve...

- Lo siento, no pensé que tuvieras compañía... De haberlo sabido, no hubiera entrado de esa manera.

- Steve, sabes bien que no tengo nada con ella. - explico apresurado. Noto la pequeña sonrisa en el rubio, una pequeña sonrisa triste.

- ¿Si sabes de los rumores, verdad? - Pregunto bajito y abrazando su Topper y botella al pecho. Como si eso fuera capaz de reconfortarlo de aquella situación incomoda.

- ¿Rumores?

- Si... Tus alumnos y varios maestros te juntan con la maestra Palmer. Ya sabes, en el sentido romántico... - explico con la voz baja.

Ahí se dio cuenta. Las miradas de los alumnos, la pregunta de ese niño inteligente y la suma cercanía de Christine. Suspiro para acercarse al pobre rubio quien claramente se encontraba en ese estado por aquellos rumores a los cuales era ajeno. Sonrió con suavidad para quitar aquello que tenía en brazos y acunar el bello rostro del profesor de historia para besarlo con toda la paciencia y cuidado del mundo.

Su sonrisa aumento cuando fue correspondido. Con más confianza se atrevió a abrazarlo y dejar sus labios para ir a besar el cuello del rubio quién empezo a soltar pequeños gemidos o jadeos, estos eran acompañados por pequeños temblores o rasguños a su espalda.

De un momento a otro, ya estaba empotrando a Steven contra el escritorio y con los pantalones abajo, separando aquellas hermosas y abultadas nalgas para ir a dar el primer bocado del día.

Sintió el cuerpo temblar, metió su lengua en aquella apretada entrada del rubio, sintió su propio miembro brincar ante el gran y seductor gemido que Steve soltó.

Se encargo de preparar bien al profesor de historia para que momentos después, se acomodara tras suyo y metió su miembro en aquella linda entrada al paraíso.

Gimió junto a Steve para empezar un lento pero profundo vaivén de caderas. Tenían tiempo libre, así que aprovecharía para demostrar que solo ese hermoso rubio de ojos y sexy cuerpo era al único con quién estaba interesado estar profesional y sentimentalmente.

En algún momento, tenía al rubio acostado en su escritorio y embistiendo con fuerza aquella entrada que comía de forma caliente su miembro. Gimiendo fuerte y tratando de callarse con ambas manos.

Solo fue cuestión de segundos para voltear a la puerta, sonrió al ver el sonrojado e impactado rostro del niño prodigio.

Aprovechando que Steven estaba en su bello trance de gemidos y placer, guiñó un ojo al chico castaño para pedirle de forma silenciosa que cerrará.

Rió bajito cuando el chico entendió.

- ¿P-porqué... ¡Ah! Te ríes? - Pregunto entre gemidos y jadeos. Él solo sonrió más para acercarse para besarlo con todo el amor que sentía por él para contestar.

- Simplemente... He pensado en hacer público lo nuestro.

Contesto con una sonrisa. Algo cálido le incrustó  en su pecho al ver la tímida sonrisa en el rubio.

Si, quería estar con ese profesor de historia profesional y sentimentalmente.