One-shots AllSteve

Steve sad

Peter miro con cierta tristeza la sala, la caja descansaba en silencio y en completa soledad. Un hombre doncel había muerto, pero nadie había venido a su velorio.

- Oí que discutió con su esposo... Murió cuando intentaba irse pero tuvo un accidente, lo feo es que tenía siete semanas de embarazo - comento Wade a lado suyo.

Ambos trabajaban como guardias en aquel velatorio y con tristeza, veían la caja que se encontraba sola.

- Pobre... - Murmuró Peter con tristeza, con una pequeña pequeño reverencia se retiró junto a Wilson para hacer las rondas en aquel edificio.

Ya era tarde, las 2:47 de la madrugada para ser exactos. Wade había ido a parte superior mientras que Peter en la inferior. El joven castaño caminaba lento, nunca le había gustado trabajar de noche en ese lugar pero no había de otra.

- ¿Wade? - llamo un poco asustado. Escucho unos leves y finos pasos, alumbró el pasillo con su linterna pero estaba en completa soledad. - Wade - volvió a llamar.

Avanzo lento, llegando hasta donde descansaba aquel hombre y se aventuró a mirar la sala, sorprendiéndose de ver a un joven rubio sentado y mirando a la caja.

Se extraño de repente, ¿Cómo había entrado?

- ¿Disculpe? - dijo con un tono preocupado y algo serio - ¿Qué hace aquí? ¿Cómo entro?

Aquel hombrecito no volteo, siguió viendo la caja y con una voz extremadamente triste contesto.

- Nadie vino... Ni siquiera Tony.

Peter se estremeció ante la tristeza, con un pequeño suspiro se acercó.

- Oí que estaba embarazado... - dijo en tono bajo, miro de reojo al pequeño rubio y se sorprendió de verlo.

Aquel hombrecito era completamente blanco, su mirada azulejo con una tristeza en su mirar, labios levemente gruesos, rosados y carnosos, su nariz perfilada y pestañas risadas. Era hermoso.

- Lo estaba... Esperaba a dos pequeños - contestó aquel rubio con un tono roto.

Peter se sintió incompetente, molesto y triste. Le ofreció un pequeño pañuelo, vio al rubio aceptarla y limpio sus lágrimas.

- ¿Sabe algo del esposo? - pregunto preocupado y molesto. ¿Qué clase de esposo no viene a velar el cuerpo de su amado? Escucho una leve y rota risa, aquel hombre frunció el ceño y vio como su mirada de apagaba.

- Revolcándose con su amante más seguro...

Peter se sintió fuera de lugar, no sabía que decir en ese momento.

- ¿Sabe? - hablo el rubio - Cuando los doctores confirmaron que estaba en espera... Estaba seguro que Tony saltaría de alegría, él siempre dijo que quería una familia grande pero siempre hubo problemas para concebir, nada funcionaba... Por eso, cuando los doctores afirmaron, estaba que lloraba de alegría... Sin embargo, al llegar a casa, había ropa tirada, zapatos... Al llegar a la habitación, estaba Tony con James... Con Bucky en la cama... La maldita excusa fue "No quedabas embarazado... Tu sabías que quería una familia, es tu culpa por no embarazarte" - a ese punto, el pequeño rubio se encontraba llorando.

Peter sintió su tristeza, su decepción y enojo. Termino de acercarse para envolverlo en sus brazos y acariciar su mejilla.

- Ese tal Tony... Es un idiota - dijo con enojo.

Abrazo al pequeño hasta que lo sintió más tranquilo, acaricio su cabello y sonrió.

- Gracias por hacerme compañía... Eres un buen chico.

Escucho, sonrió con leve timidez y antes de querer preguntar, la voz de Wade interrumpió.

- ¿Peter? ¿Qué haces aquí? - Wade miro confuso al castaño.

- ¿Wade? - llamo con cierta timidez, noto la mirada confusa en el otro rubio y se extraño por eso.

- ¿Qué haces aquí solo? - regaño levemente. - Es de mala educación Peter.

El castaño volteo en busca de aquel hombrecito, encontrándose en soledad sin contar la presencia de Wade en aquella sala.

- Yo... - dijo extrañado. Por alguna razón, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

- Como sea... El jefe me pidió que cerremos el ataúd, lo enterraran a primera hora - dijo mientras que se acercaba a la caja. Wade sonrió con leve tristeza antes de suspirar - Tal vez en otra vida seas feliz cariño... - deseo para ver al castaño - Peter, ven a despedirte.

El joven castaño asintió, aún con ese escalofrío se acercó lento a la caja y soltó un jadeo de sorpresa.

En aquella caja, con un perfecto traje a la medida se encontraba aquel rubio que hace poco consoló.