Stoki (2/2)

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Loki suspiro gustoso, miro con deseo el pequeño cuerpo de Steve moviéndose a su compás.

¿De eso se perdía Stark? ¡Dioses! Ese pequeño alfa le estaba haciendo ver el cielo con esas embestidas lentas y cuidadosas.

Abrazo con sus piernas la cintura del alfa, lo beso con prisas mientras que oía los pequeños jadeos del rubio.

Había escuchado los lamentos del alfa, lo abrazo y se sintió molesto con Stark. Ese Omega tenía un lindo, educado y amable alfa, Steve era un buen alfa, uno que estaba tontamente enamorado de alguien equivocado.

En sus lamentos, no soporto más y lo beso.
Al principio fue rechazado pero luego, Steve simplemente se dejo llevar.

"Si Stark lo hace, ¿Tú porque no?"

Aunque dolía, el pequeño alfa lo acepto.

Ahora, sus manos recorrían un cuerpo que no era el de su Omega. Tony tenía un cuerpo macizo, era grande, con piernas esbeltas, pecho trabajado, cintura ancha y el cuerpo que ahora acariciaba era lo contrario.

Ese cuerpo era alto, esbelto y delgado, sus piernas eran esbeltas pero no al grado de su Omega, esa cintura pequeña y estrecha, su cuello largo que ahora besaba y mordisqueaba como si de un delicioso mangar se tratará.

No, ese cuerpo no era de Tony.

Escucho los gemidos de Loki. Tony, Loki, Tony, Loki. Ambos eran diferentes y no se sentía lo correcto hacer aquello, no cuando se trataba de otro Omega que no era el suyo.

Pero los besos, las caricias y sus enbestidas no podían ser paradas.

Estaba herido, molesto, necesitaba desquitarse con algo y ahora estaba utilizando el cuerpo de Loki como si de un juguete se tratará.

- Lo siento... - murmuró mientras que alzaba con trabajo las piernas del Omega pelinegro y entraba más profundo en su interior.

Sus embestidas dejo de ser cuidadosas y se convirtieron en movimientos violentos y rudas, dejando escapar todo el enojo que sentía mientras que Loki lloriqueaba de placer por el nuevo ritmo.

Noto que el cuello del Omega era sensible, en especial dónde estaba su glándula. Cada vez que lamía o mordisqueaba ahí Loki temblaba así que se encargo de ese lugar.

Apenas el Omega se corrió, incrustó sin darse cuenta sus colmillos en el cuello de Loki.

Lamió cuidadoso, corriendose en el interior del Omega para anudarlo con fuerza mientras que se dejaba caer sobre el cuerpo de Loki.

Ambos sentían esa conexión, ahora eran Omega y alfa, Loki sintió el cuerpo de Steve temblar, le escucho sollozar y le partió el corazón.

- Perdón... No quise marcarte... Esto no debió pasar...

- Oye, calma... Steve estoy bien, así que no llores - comento suave, abrazo cuidadoso el cuerpo del rubio, liberando su aroma y dándole mimos.

Amaba a ese alfa, ese pequeño alfa caballeroso, amable y de sonrisa tierna. Odiaba a Stark, por lastimarlo, por hacerlo vivir una fantasía y por romperlo. Quería curarlo, quería que fuera suyo, lo quería para él.

- Tranquilo... Yo te cuidare ahora, Steve.

Dos años habían pasado desde entonces, dos años en donde Steve le pidió el divorcio a Stark, dos años en donde lucho por el pequeño Peter que si bien no era suyo no lo dejaría con un Omega que no se hizo cargo de él en su corta vida sin embargo, se le fue rechazado.

Con mucho pesar, se despidió de su cachorro y vio como ese alfa rubio de nombre John Walker se lo llevaba. Lloro por su cachorro, aunque había llegado a un acuerdo con ese alfa para cuidarlo los fines de semana o cada vez, que ese rubio tuviera que viajar por trabajo.

Suspiro cuando salió del juzgado, dejo de ser el alfa de uno de los omegas más adinerados y hermosos del país para ser un don nadie.

Sonrió cuando vio a Loki afuera con Thor. No eran más que amigos, habían decidido aquello ya que no se sentía listo, sin embargo, Loki había cumplido su palabra, el Omega lo cuidaría desde entonces.

Camino hacia ellos, sonriendo tímidamente mientras que los hermanos lo abrazaban y le daban la bienvenida a su nuevo hogar.

One-shots AllSteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora