One-shots AllSteve

Stoki

Mención de stony.

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Lo conoció hace cinco meses...
Lo hizo en una pequeña cafetería, apenas abrían cuando ambos pidieron el mismo café.

Le sonrió con timidez, encogiéndose un poco al ver cómo él pasaba de largo a tomar asiento. Suspiro levemente, sin duda ese no sería su día.

Primero, su esposo no había llegado a dormir... Otra vez, y por alguna razón, tenía un mal presentimiento. Algo malo pasaría pero de la cual y extrañamente estaba acostumbrado.

Y eso lo comprobó cuando, apareció el noticiero, hablando sobre la fiesta del año. Industrias Stark estaba en el mundo, Tony era entrevistado junto a una chica pelirroja despampanante.

Vio como Tony negaba el hecho de estar casado aún cuando todo el mundo lo sabía y tras eso, besaba a la pelirroja frente a cámaras, afirmando estar soltero y libre.

Suspiro despacio, sintiendo su corazón romperse, sintiendo el gran nudo en su garganta y limpio sus lágrimas que querían salir.

Cuando la chica del café aviso que había un expréss listo, de forma caballerosa se lo ofreció aquel hombre pelinegro de traje elegante y mirada fría.

- ¿Esperará al otro? - Pregunto aquella chica a lo cual negó.

- Perdón... Pero cancelaré la orden.

Dijo serio o tratando de serlo. ¿Cómo podía fingir algo que no podía ser en esos momentos?

Sonrió con timidez cuando la chica asintió, aún así pago el café que estaban por prepararle y sin más salió de la cafetería.

Cuando llegó a casa, eran las nueve y ni rastro de Tony. Recogió la cena que había preparado, lo hizo con el objetivo de celebrar el hecho de que Industrias Stark había logrado estar nuevamente en primer lugar en ventas. Suspiro al momento de tirar la cena, las velas y flores.

Sabía que su matrimonio con Tony sería difícil, Tony no era un hombre de compromiso. Lo sabía muy bien.

Su vista cayó en el hombre castaño que entró a pasos lentos, oliendo a alcohol con marcas en su cuello y labial en los labios.

- Buenos días Beloved... -

Le escucho decir, no contesto solo... Fue testigo de su estado y se fue de largo. No quería estar más en aquella cabaña que consideraba su hogar.

Pasaron los días, nunca tocó el tema. Hizo como si nada, como si no importará aún cuando estaba herido y roto por dentro. Tony tampoco lo hizo y eso le molestó.
Estaba indignado, ofendido... Él no quería pelear pero tampoco quería vivir así.

Un día de esos, mientras que corría lo vio de nuevo. Esa vez había ido con Bucky y Sam a pasar la tarde, Tony otra vez llegaría tarde y no quería ser testigo de su borrachera y evidencia de infidelidad.

Aquella vez, vio a ese hombre de traje. Estaba sentado en un banco del parque.

Siguió corriendo, no tenía porque hablarle pero cuando paso frente a él le escucho.

- ¿Ya no estás triste? -

Frunció el ceño, ignorandolo paso de largo con su trote.
No estaba seguro si le hablaba a él, así que siguió con su corrida hasta que llegó a casa a ducharse. Notando nuevamente que la cabaña estaba sola o eso pensó él.

Cuando abrió la puerta de la habitación, sintió como su corazón latía rápido, sintiendo ese maldito nudo en la garganta y las ganas de llorar.

Tony estaba ahí pero no estaba solo. Estaba con otra mujer... Esta era igual pelirroja pero su tono de cabello era más parecido a uno rubio... A uno que muy bien conocía.

- Hola Beloved... - saludo el castaño recién despierto sin darse cuenta de la presencia femenina en la cama.

Él no contesto, solo lo miro con enojo, triste y herido. Miro como Tony no entendía aquello hasta que la chica, hasta que Pepper empezó a moverse en la cama.

- Steve... No es lo que parece... - le escucho con miedo - Yo... Puedo explicarlo.

Sonrió levemente, se dio la vuelta y regreso sus pasos a la casa de Bucky.

Recuerda que esa vez lloro hasta caer cansado. Estaba harto, estaba dolido. Ya no quería vivir un matrimonio que era menos eso, un matrimonio.

Tony nunca se había esforzado, después del primer mes de casados dejo de buscarlo, ya no hacían el amor, los besos se volvieron fríos y sin emoción... Su matrimonio se había acabado en esa vez pero siempre quiso seguir, asegurándose así mismo que Tony cambiaría, que volvería a ser ese hombre que le enamoró.

Ahora, actualmente después de pasar la noche con Loki, ese maravilloso hombre que conoció hace cinco meses en esa cafetería, regresaba a esa cabaña.

La había dejado atrás hace tres meses, dejaba de ir a dormir después de encontrarse a Loki en un bar luego de aquel día de que encontró a Tony con Pepper en la cama.

El pelinegro se acercó solo, reclamándole del porque le dejo con la palabra en la boca en la mañana.
Intercambiaron palabras, los tragos le hicieron el favor de abrirse y llorar en el hombro de Loki después de contarle sobre las infinidades ocasiones en qué Tony le fue infiel.

Los días siguientes, empezaron a frecuentarse, conociéndose y sabiendo más del otro.
Un día de esos, a mitad de su trabajo le llegó un gran arreglo de rosas con una pequeña carta de Loki, confesando sus sentimientos hacia él.

Con una gran sonrisa, entro en aquella cabaña. Siempre sonreía al recordar ese día.

Se encontró con Tony en la sala, el castaño estaba pálido y ojeroso. Posiblemente se pasó la noche en vela, sin importarle quiso pasar de largo a la habitación.

- ¿Dónde estuviste?

Paro sus pasos, volteo con tranquilidad viendo como Tony le miraba molesto.

- ¿Algún problema? - Pregunto casual, con gusto y sin miedo a nada.

- ¿Que si hay algún problema? ¡Eres mi maldito esposo! ¡Debías estar aquí en la noche! ¿Dónde demonios estabas?

Reclamo molesto. Él solo sonrió, a pasos tranquilos se acercó a Tony, retandolo con la mirada.

- Estuve con mi pareja. - respondió.

Su respuesta provocó una mueca confusa en Tony.

- ¿A qué te refieres?

- Lo que escuchaste, pase la noche con mi pareja.

- Steve - le miro confuso y herido - Yo soy tu esposo... ¿Cómo puedes decir eso?

- Bueno... Dejaste de comportarte como mi esposo hace mucho, haciendo saber tus conquistas por la televisión, en la cama que compartíamos y demás.

- Tu sabías cómo era... Aceptaste casarte conmigo sabiéndolo. No puedes replicarme nada.

- Es por eso que vine, te traje los papeles del divorcio. No quiero nada tuyo así que solo es necesario tu firma. Solo vine por mis cosas, Stark.

Contesto serio y frío, dejando al castaño con los papeles del divorcio. Salió de aquella cabaña que una vez considero su hogar, con una pequeña mirada se despidió de ese matrimonio, de esa vida de soledad e infidelidad... Con esa mirada se despidió de Tony.

Dos años después, el mundo entero celebraba su matrimonio.
Sus amigos eran testigos de su unión con Loki, con aquel hombre elegante que conoció en aquella cafetería.