Red || Pansy Parkinson

6.

Elizabeth no sabría describir la relación que tenía con Pansy, ambas eran amables y cordiales con la otra, incluso bromeaban de vez en cuando, pero Elizabeth quería más.

A veces pensaba que quizás estaba siendo una codiciosa, podría simplemente conformarse con una relación cordial con Pansy, pero mientras más lo pensaba, más deseaba una relación más cercana.

—Elizabeth—saludó la dueña de sus pensamientos, acercándose a ella a paso tranquilo, despreocupado—. ¿Te pillo en mal momento?—preguntó ella, tomando asiento junto a ella, recostando su espalda contra el tronco del árbol y poniendo sus manos tras su nuca, a modo de almohadilla.

Elizabeth estaba sentada con las piernas cruzadas y la espalda apoyada en el tronco del árbol igual que Pansy, una de sus manos sostenían un bloc de dibujo y la otra tenía un carboncillo entre sus dedos.

Ambas estaban cerca de la orilla del Lago Negro. Elizabeth estaba intentando plasmar el paisaje. Los árboles alrededor del lago, las nubes y el sol reflejados sobre el agua de éste, las pequeñas criaturas que se acercaban.

—No es mal momento—respondió Elizabeth, dejando el carboncillo a un lado—. ¿Qué necesitas?

—Nada—Pansy le mostró una sonrisa—, solo quería pasar el rato contigo.

— ¿Quieres hablar de algo o solo quedarte en silencio?

Pansy se quedó callada por unos segundos, entonces miró un aparato y unos cables blancos sobre el césped.

—Esto es lo que te vi la vez pasada—comentó—. Son... aufonos.

—Audífonos—corrigió Elizabeth soltando una risita—. Son para escuchar música, ¿quieres probar?

—Supongo que no está mal probar cosas nuevas—dijo algo insegura—. Espero tengas buena música, Norman.

—Pensé que habíamos pasado la fase de llamarnos por nuestro apellido.

—Tu nombre es muy largo—Pansy se quejó con un puchero que le salió inconscientemente, cosa que Elizabeth encontró muy tierna—. Tendré que buscarte un apodo.

—Mientras sea uno bueno—murmuró la Hufflepuff con una pequeña sonrisa—. Y bien, ¿quieres que te nutra con mi maravilloso gusto musical?

—Draco se había quejado de que solo escuchabas a un tal... Tyler Soft.

—Taylor Swift—Elizabeth la corrigió y se rió—, y no es cierto, escucho música de otros artistas.

Pansy se quedó en silencio unos momentos.

—Quiero escuchar a esa tal Taylor Swift, espero sea buena y no me decepciones.

Elizabeth soltó una risa, tomó aquel extraño aparato y Pansy la miró mientras deslizaba su dedo por la superficie de éste, luego le pasó uno de los audífonos.

—Préparate para un viaje de ida. —Pansy se quedó viéndola extraño, ¿un viaje de ida a dónde?

— ¿Cómo se pone esto?—preguntó mirando el objeto mientras fruncía el entrecejo.

—Déjame—Elizabeth tenía una sonrisa mientras se lo quitaba de la mano y se lo colocaba en su oreja—. Ya está, ¿preparada?

Pansy soltó un «hmm» a modo de respuesta, Elizabeth la miró con una sonrisa tonta antes de darle play a la canción.

Sparks fly sonaba de fondo mientras Elizabeth miraba el perfil de Pansy, quién tenía sus ojos cerrados y se relamía los labios cada cierto tiempo.

—Es...—Pansy sonrió cuando la canción terminó y miró a Elizabeth—, no está mal.

— ¿No está mal?—se burló Elizabeth—. Tenías los ojos cerrados y casi parecías estar fuera de este mundo.

— ¿Me prestaste tanta atención?—preguntó Pansy con una hermosa sonrisa ladeada. Elizabeth se sonrojó y se volteó hacia el lago, esperando que su cabello cubriera su rostro—. Pero, es una buena canción, supongo.

— ¿Supones?—preguntó Elizabeth, devolviendo su mirada a Pansy.

—Sí—ella se encogió de hombros—. No tengo mucho de dónde comparar, sinceramente, no suelo escuchar música.

Elizabeth se quedó viendo a Pansy, como si nunca la hubiera visto antes, hasta que la pelinegra se sintió incómoda y espetó un «¿qué?».

— ¿No sueles escuchar música?—preguntó Elizabeth, entonces negó con la cabeza—. Inaceptable.

Pansy se quedó callada, ¿acaso las personas solían escuchar música?, ¿por qué ella no lo hacía entonces?

—Tienes que escuchar más música—Elizabeth le sonrió—, es... maravilloso, es como vivir otras realidades a través de los ojos de alguien más, es casi como los libros.

—Pero estos son historias cortas—murmuró Pansy, mirando el cable blanco de los audífonos—. Creo que puedo escuchar más música contigo, mi guía musical.

Elizabeth soltó una risa y asintió.

—Seré tu guía en este proceso complicado de definir que estilo musical te gusta, confía en mí.

Pansy se quedó mirándola unos segundos, entonces asintió y le mostró una pequeña sonrisa.

—Supongo que puedo confiar en ti.

★★★

—Mira, tengo una idea—Draco sonreía como un demente mientras sostenía los brazos de Elizabeth—. ¡Es maravillosa!

—Pareces un psicópata—murmuró la Hufflepuff—. Ilumíname, oh, señor Malfoy.

Draco le dirigió una mala mirada, pero comenzó a hablar:

—Ya que me dijiste de tu maravillosa relación de amistad con Pansy...

—Solo somos conocidas que charlamos de vez en cuando. —lo interrumpió Elizabeth.

—Sí, claro—Draco sonrió—, admítelo, Pansy te trata bien y bromean, y todo el lío, incluso creo que le caes mejor que yo.

— ¿A ti te parece?

—Sí—asintió—, nosotros nunca hablamos así, en realidad, siempre era ella halagando mi inalcanzable belleza y mi...

—Ego inflado—terminó de decir Elizabeth con una gran sonrisa entre los labios—. De todas formas, Pansy y yo no somos amigas.

— ¡Pero están a nada de serlo!—exclamó el rubio—. O quizás ya lo son y ninguna lo sabe, que sé yo, las relaciones humanas son complicadas.

—Lo dices como si tú no fueras humano—Elizabeth sonrió—, ¿acaso eres un reptiliano?

— ¿Un qué?—preguntó Draco, entonces negó con la cabeza—. Olvídalo, tú y tus rarezas muggles.

— ¿Y bien?—preguntó Elizabeth—. ¿Cuál es tu brillante plan?

Draco procedió a explicar su detallado plan y, al igual que el anterior, era totalmente descabellado y, en opinión de Elizabeth, era imposible que funcionara.

— ¿Y bien?—preguntó Draco luego de explicarlo—. ¿Qué dices?

Elizabeth se quedó en silencio, mirando al rubio y pensando en que era una locura, entonces sonrió y dijo:

—Estoy dentro.