Red || Pansy Parkinson

7.

— ¿Cómo va tu relación con Draco?—preguntó Henry cautelosamente.

Elizabeth, Rachelle y él estaban sentados en la mesa de Hufflepuff, tomando el desayuno. Elizabeth le dirigió una mirada.

—Bien, supongo—respondió—. ¿Por qué la pregunta?

—Oh, no—Henry mostró una sonrisa torcida, nada habitual en él—, por nada.

—Vale. —murmuró Elizabeth, entonces dirigió su mirada hacia la mesa de Slytherin, encontrándose la mirada verde de Pansy sobre ella, un escalofrío la recorrió de pies a cabeza antes de que pudiera darle una sonrisa, la cual Pansy correspondió.

Elizabeth continuó con su mirada fija en la de Pansy, ambas se miraban como si los demás en el Gran Comedor no existieran, como si nada más importara, hasta que Pansy fue llamada, cosa que hizo que tuviera que desviar la mirada.

—Pensé que ya no te gustaba Parkinson. —susurró Rachelle en su oído. Elizabeth la miró y sonrió.

—Quizás aún me gusta un poco. —admitió, sabiendo que «un poco» no se acercaba a la palabra para describir cuánto le gustaba Pansy.

—Pero tienes novio.

— ¿Y qué?—preguntó Elizabeth, más bruscamente de lo que pretendía—. Somos novios, yo tengo ojos y no puedo ignorar la belleza de otras personas, aunque él sea un idiota y no entienda eso.

—Pensé que dijiste que estaban bien. —Henry se sumó a la conversación.

—Vale, quizás no estamos tan bien como dije—murmuró Elizabeth, fingiendo tristeza—. Hemos peleado mucho, a mí se me desvían los ojos hacia Pansy, y a él...—Elizabeth le dirigió una mirada obvia a Henry—, también se le desvían hacia alguien más. —terminó de decir.

—Pero aún se gustan, ¿no?—preguntó Rachelle.

—Supongo—Elizabeth sonrió sin ganas—. Cambiando de tema—se aclaró la garganta, como si quisiera dejar la tristeza atrás—. ¿Irán a la fiesta de esta noche?, la que es en nuestra sala común

—Vivo ahí—Rachelle bromeó—, no puedo perderme esa fiesta.

—Supongo que iré—dijo Henry, y dió una mirada nada disimulada a la mesa de Slytherin—, estará genial.

Elizabeth se contuvo de reír, su amigo era demasiado obvio en su atracción hacia... su novio.

—Espero que te vistas bien, Henry—comentó Elizabeth, y le dió una sonrisa amplia—. Tengo el presentimiento de que será una noche que ninguno olvidará.

★★★

La noche había llegado y con ella había comenzado la fiesta, Elizabeth se había colocado el mismo vestido rojo que la madre de Draco había mandado tan amablemente para alguien más.

Cuando Elizabeth bajó las escaleras que llevaban a los dormitorios se encontró con un montón de gente en la sala común, sin embargo, no tuvo problemas para localizar la cabellera rubio platinado de Draco, rápidamente se acercó a él.

— ¿Listo para el show, cariño?—murmuró en su oído, Draco sonrió ampliamente.

—Siempre estoy listo para el show, bebé.

Elizabeth se rió por el apodo cariñoso.

—Supongo que terminaremos esta noche—Elizabeth tenía una gran sonrisa en el rostro—, así que diré algo que aprendí en nuestro corto tiempo juntos.

— ¿Aprendiste que soy el mejor?

—No—negó—. Aprendí que no quiero estar con un hombre, jamás, nunca, era terrible tener que besarte.