Red || Pansy Parkinson

Extra: Un Sueño.

Elizabeth despertó, sintiendo las suaves sábanas bajo ella, se movió en la cama, buscando el calor de Pansy, pero solo sintió la superficie suave y fría de la sábana. Sus ojos se abrieron con confusión, la visión frente a ella solo la confundió más.

Sábanas amarillas, muy diferentes a las rojas que estaba segura estaban en su cama cuando se fue a dormir con Pansy. Sus ojos dejaron de mirar la cama y miró la habitación, sintiéndose más confundida a cada instante. No estaban las paredes verdes, solo unas paredes de piedra grisácea y rayada, que le parecían extrañamente familiares. Y la habitación era más grande de lo que estaba segura debía ser, y no estaba solo la cama en la que estaba acostada, si no que se encontraban otras tres en la habitación.

- ¿Qué...?-comenzó a preguntarse al ver el escudo de Hufflepuff en su cobija, sintiéndose más confundida a cada instante-. ¿Estoy soñando?

La puerta de la habitación se abrió y apareció Rachelle con su uniforme de Hufflepuff, su camiseta blanca ligeramente desabotonada y la corbata amarilla sin anudar.

- ¿Sabes?-comenzó a hablar mientras caminaba hacia una de las otras camas en la habitación-, me sorprendió un montón que no te despertaras temprano, siempre te despiertas antes que yo.

Elizabeth se quedó callada, intentando procesar lo que pasaba.

- ¿Esto es un sueño?-preguntó en voz alta, Rachelle sonrió y se acercó a ella, entonces le pellizcó el brazo-. ¡Ey! Eso dolió.

-Esa era la idea-respondió ella tranquilamente, mientras se alejaba-. Y si te dolió, no es un sueño.

Elizabeth frunció el entrecejo.

- ¿Y Pansy?

Rachelle volteó a verla con confusión.

- ¿Parkinson? Qué sé yo, tú eres la que está enamorada de ella, no yo.

-Pero... yo dormí con ella anoche y...-Elizabeth intentó explicar algo confundida.

-Sí, claro, dormiste anoche con ella, separa las fantasías de la realidad-Rachelle se burló mientras se sentaba en su cama-. A veces me preocupa lo soñadora que eres.

Elizabeth se quedó en silencio y se rascó la cabeza, estaba comenzando a pensar que realmente se había soñado toda una vida con Pansy.

- ¿Estás bien?-Rachelle miró a Elizabeth con preocupación cuando comenzó a sollozar.

- ¡No!-exclamó de inmediato, enterrando su rostro en la almohada-. ¡Esto es como una pesadilla!

Inhaló profundamente, entonces detuvo su llanto de golpe al sentir un conocido aroma ácido llegar a su nariz.

-Ya me estás preocupando, ¿quién demonios se suelta a un llanto desconsolado y de inmediato deja de llorar?-preguntó Rachelle-. Necesitas terapia.

-Entonces págamela que no tengo dinero.

-Oh, vamos, tienes más dinero que yo.

Elizabeth no respondió y despegó el rostro de su almohada, sentándose en la cama, Rachelle la miró.

-Esto está muy raro-comentó para sí misma-. La almohada huele a Pansy, pero ella no está y dices que no hablo con ella. -entonces miró a Rachelle.

-No, ella no sabe de tu existencia.

Entonces Elizabeth volvió a romper a llorar, recostándose y abrazando la almohada con fuerza.

-Dios, no pensé que llorarías tanto-murmuró Rachelle mientras se pasaba la mano por el cabello-. Pansy sal de ahí, que si sigue llorando se nos deshidrata.

Elizabeth dejó de llorar y dejó de abrazar la almohada para mirarla.

- ¿Llamaste a Pansy?-preguntó mientras sorbía por la nariz-, ¿o estoy loca?

-Ambas-respondió una voz desde la puerta, Elizabeth volteó para ver a Pansy sonriendo-. Debo admitir que no pensé que llorarías tanto.

Pansy caminó por la habitación hasta la cama y se acostó junto a Elizabeth, que a cada segundo que pasaba se sentía más confundida.

- ¿Qué le echaste a la cena de anoche?-le preguntó directamente-, porque estoy teniendo un sueño que solo debe ser producto de la droga. -dijo Elizabeth, sacándole una risa a Pansy.

-No le eché nada, lo juro.

-No puedo confirmarlo-habló Rachelle, recordándoles que seguía ahí-. La cosa es que Pansy pensó que una broma sobre que todo lo que vivieron en un sueño, sería graciosa.

Elizabeth miró a Pansy con enojo, haciéndola temblar ligeramente.

-Bueno...-ella titubeó-, en realidad fue un trabajo en equipo. Rachelle fue la de la idea, yo solo le seguí la cuerda.

-Sí, claro, échame la culpa-se quejó Rachelle mientras caminaba hacia la puerta-. Oh, y Draco y Henry fueron los que arreglaron la habitación, que si caigo yo, caen todos, ¿oyeron?

Elizabeth escuchó dos voces quejarse desde afuera.

Rachelle salió de la habitación, encontrándose con la mirada molesta de Draco.

-Eres una soplona-la acusó-. Daphne no habría hecho eso... por cierto, ¿por qué no ha vuelto a venir a cenar?-preguntó él, Henry se encogió de hombros, así que ambos fijaron sus miradas en Rachelle, que tragó saliva.

-No tengo ni idea-mintió, sabiendo que si sabían la verdad, la odiarían-. Quizás está enferma.

Ni Draco ni Henry creían que esa fuera la razón, pero simplemente asintieron, ambos pensando en que pasaba con Daphne.

Mientras tanto, Elizabeth golpeaba a Pansy.

- ¡Ay, ay! Tampoco es para tanto. -se quejaba mientras sentía los golpes de Elizabeth.

- ¿Qué... no... es... para... tanto?-preguntó, dando un golpe por cada palabra-. Eres una tonta, por Merlín.

Pansy contuvo una sonrisa.

-Ay, Lizzy, lo importante es que no es un sueño-dijo, arriesgándose a tomar sus manos, aún sintiendo la mirada de enojo de Elizabeth-. Mira, esto tiene una enseñanza, como... eh... esto...-Pansy tragó saliva, mientras intentaba inventarse una-... pues... como que... ¡deberías agradecer que no es sueño!-exclamó, sintiéndose con suerte-. Sí, eso.

Elizabeth, inevitablemente, comenzó a reírse.

-Te odio, ¿me oíste?-Pansy sonrió, sabiendo que no era verdad-. Por eso no dormirás conmigo.

-Lizzy-Pansy se quejó-, es mi cama también.

-Entonces me voy al cuarto de invitados, simple.

-Lizzy-Pansy se volvió a quejar-, compré esa cama también.

-Y yo compré una varita que está entusiasmada de lanzar un maleficio de crecimiento de dientes a tu cara.

Pansy le soltó las manos y se cubrió la boca con horror.

- ¿Serías capaz de hacerme eso?

-Considerando que acabas de hacerme una broma horrible, sí, capaz de eso y más.

Pansy suspiró, entonces la miró, intentando hacer una mirada de perrito abandonado.

- ¿Al menos podemos abrazarnos un rato?

Elizabeth contuvo una sonrisa y se acurrucó contra Pansy, sintiendo sus brazos rodearla. Muy en el fondo... No, muy en la superficie de sus sentimientos, agradecía que su vida con Pansy no fuera un sueño.