Red || Pansy Parkinson

3.

Pansy lo pensó toda la noche, ¿debía hablar y ser amable con la patética Hufflepuff que salía con Draco?

Según Draco era maravillosa, y Pansy estaba comenzando a creer que así era, si no, ¿por qué el gran Draco Malfoy saldría con ella?

Pansy la observó los días siguientes a la pequeña pelea que tuvieron. Elizabeth llegaba al Gran Comedor, dejaba un beso en la mejilla de Draco y luego se iba a la mesa de Hufflepuff, se sentaba junto a una chica castaña y desayunaba tostadas, siempre era lo mismo, ningún cambio.

Elizabeth siempre antes de comer se recogía su largo cabello rubio en un moño, Pansy no sabía si por error o a propósito dejaba algunos mechones que caían con gracia en su rostro. Pansy odiaba admitirlo, pero luego de observarla, se dió cuenta de que era bastante guapa... para ser una mestiza.

—Si sigues mirando a mi novia la vas a desgastar. —dijo Draco mientras comía, sin mirar a Pansy, quién se sonrojó al ser atrapada.

—Solo intento ver qué es lo que le viste. —se excusó.

—Sí, claro—Pansy frunció el entrecejo ante el tono sarcástico de Draco—. Si quieres hablar con ella solo tienes que acercarte, no dirá que no.

— ¿Cómo sabes?—preguntó Pansy sin poder contenerse. Draco la miró y sonrió.

—Es una Hufflepuff, ¿crees que será mala contigo?

Pansy se quedó en silencio, pensando. Sí, Elizabeth era una Hufflepuff, pero no era ni la mitad de cobarde de lo que eran los demás, no se había dejado humillar por Pansy, ni intimidar, ni nada parecido.

Pansy volvió a mirarla, encontrándose con Elizabeth riendo, probablemente por una broma que había contado la castaña a su lado, que también reía. Pansy, inconscientemente, deseó estar cerca para escuchar su risa.

★★★

—No juegues, Draco. —dijo Elizabeth incrédula ante lo que el rubio le estaba contando. Según él, Pansy se la había estado comiendo con la mirada desde hacía varios días.

— ¡No juego!—exclamó con una gran sonrisa—. Bueno, quizás exageré con lo de «te comía con la mirada», pero te juro que lleva varios días mirándote.

—Entonces..., ¿tu plan funciona?

—Claramente, es un plan de Draco Malfoy, ¿tenías dudas?—preguntó, engreído.

—Aún no le gusto.

—Pero sabe que existes, es ganancia, ¿no?—preguntó Draco—, igual, pronto se enamorará de ti y harán cosas que no me interesan.

—Vale—Elizabeth asintió—. ¿Y cómo te ayudo yo a ti?

—Es sencillo—Draco sonrió y sacó un sobre de su túnica, la Hufflepuff lo tomó entre sus manos—. No lo abras. —gruñó cuando Elizabeth estaba a punto de abrirlo.

—Bien—detuvo sus movimientos—. ¿Qué quieres que haga con esto?

—Dáselo a... ya sabes quién.

— ¿A Voldemort?—preguntó Elizabeth en tono burlón—, no sabía que te gustaban los calvos sin nariz y... muertos.

—Que graciosa eres—dijo Draco sin ninguna señal de diversión en su rostro—. Dáselo, pronto me ayudarás más.

—Espero esto no tenga un maleficio dentro. —bromeó Elizabeth.

—No le voy a enviar un maleficio a la persona que me gusta—dijo Draco cruzándose de brazos—, pero sí te lo voy a enviar a ti como no vayas a dárselo ahora mismo.