Elizabeth se encontraba emocionada por ir a Hogwarts por primera vez, recordaba todas las veces que sus padres le habían hablado del lugar, e incluso su hermano le había dado algunos consejos, y una sutil amenaza de que mientras estuviera en el castillo, no lo buscara.
—Vamos, cariño. —su madre la sacó de sus pensamientos al empujarla suavemente. Elizabeth volvió a reconocer el lugar que la rodeaba, veía a los niños correr hacia el tren, algunos arrastraban sus baúles o llevaban a sus mascotas, como aquel niño rubio que llevaba su lechuza sobre su hombro, Elizabeth se rio al compararlo con un pirata.
—Llegarás tarde si no te apuras. —habló su padre, llamando su atención.
—Como sea—Zack alzó su baúl y le dio una última mirada. Elizabeth miró su cabello azul, en el verano se había encargado de teñirlo con ayuda de la vecina—. Apúrate, mocosa, el tren no se va a quedar a esperarte.
Y se alejó, tarareando la canción que sonaba en sus audífonos. Elizabeth frunció el entrecejo.
— ¡Zack!—su madre lo regañó, pero él no la escuchó o directamente prefirió ignorarla, la mujer suspiró y volteó a verla—. No importa lo que él haya dicho, si tienes problemas, dile.
—Claro—asintió—, lo haré. —prometió, aunque estaba segura de que no lo haría.
—Y si tiene problemas, dinos. —agregó su padre, con una sonrisa amable.
Zack era conocido por ser un busca problemas, según la profesora McGonagall, la jefa de su casa, cada día era más incontrolable y parecía que ningún castigo era suficiente para él.
—Claro, lo haré. —volvió a prometer, pero estaba segura de que no lo haría. Zack iría por su lado, y ella por el suyo, no iba a buscar problemas.
—Ve yendo, cielo—su mamá dejó un beso en su mejilla—. El tren debe estar por partir.
—Vamos.
Su padre alzó su baúl con una mano, y con la otra la tomó del hombro, caminó a su lado hasta que él subió el baúl al tren, y luego hizo lo mismo con ella.
—Cuídate. —dejó un beso en su frente antes de alejarse.
Elizabeth casi se cayó ante la sacudida que dio el tren antes de comenzar a andar, pero consiguió mantener el equilibrio, rápidamente entró al vagón, no queriendo tentar a la suerte. Arrastró su baúl con dificultad, mirando los compartimientos que estaban llenos de niños conversando entre ellos, hasta que llegó a uno casi vacío.
— ¿Puedo sentarme aquí?—preguntó con una sonrisa amable, abriendo la puerta y asomando su cabeza.
—Lindo diente—le respondió la única niña dentro del compartimiento, Elizabeth hizo una mueca de desilusión y estuvo a punto de irse—. ¿Qué haces aún ahí parada? ¡Entra!
Dudó un momento, pero rápidamente se dio cuenta de que prefería entrar a tener que buscar otro compartimiento. Jaló su baúl hasta el interior y lo metió a patadas debajo del asiento, escuchando a la niña tras ella reírse por lo bajo.
—Espero que tu diente no se haya caído porqué sí—comentó cuando Elizabeth se sentó frente a ella—. Espero una buena historia, así que comienza.
Dudó un segundo, pero terminó hablándole de cómo su hermano le había enseñado a andar en bicicleta (obligado por sus padres) y se había descuidado al comenzar a hablar por teléfono con quién sabía quién, y ella había terminado chocándose contra un poste, rompiéndose uno de sus dientes delanteros.
—Nada mal—hizo una mueca apreciativa, entonces sonrió ampliamente y Elizabeth contuvo una risa al notar que le faltaban dos dientes—. Tienen historias divertidas detrás, ¡te lo aseguro!—se inclinó hacia ella, aún sentada, y extendió su mano, sin dejar de sonreír—. Rachelle Reckwood, pero puedes llamarme... Rachelle, la verdad no tienes muchas opciones.
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Red || Pansy Parkinson
FanfictionSIN EDITAR. «Amarla fue rojo». Pansy Parkinson nunca tendría ojos para alguien que no fuera Draco Malfoy... ¿o sí? Pansy Parkinson x Fem!oc Universo y personajes de J.K. Rowling, a excepción de Elizabeth Norman y otros personajes que no reconozcan. ...