Capítulo 29

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Bill despertó sintiéndose un poco mareado, cuando los recuerdos que habían pasado la noche anterior regresaron de golpe, se tocó su rostro, sintió cicatrices, asustado miró a su alrededor y captó un espejo, lo tomó con manos temblorosas, con el corazón en la boca lo subió y se encontró con una imagen, un rostro lleno de cicatrices, y lo peor fue darse cuenta que era SU imagen y SU rostro lleno de cicatrices que según veía no se eliminarían, sin darse cuenta el espejo resbaló de su mano y se estrelló contra el suelo, lágrimas se resbalaron por su rostro, no sabía el motivo, jamás le había importado su imagen, ¿Por qué ahora?, y su sub consciente le proyectó la respuesta, rubia con ojos claros, francesa, su prometida, Fleur, ¿Seguiría con él?, no la podía obligar a quedarse en esa relación estando como estaba, mientras cavilaba entró la razón de sus pensamientos.
—Bill mi amog, que bueno que estás despiegto—, se acercó ella con una sonrisa en el rostro pero se detuvo en seco cuando vio su expresión—, ¿Qué pasa?
—Fleur… yo…, Fleur quisiera decirte que si no deseas estar conmigo entenderé, no voy a obligarte a estar conmigo, si quieres…
—Cállate—, le espetó ella con rabia— ¿Crees que estoy contigo por tu apariencia exterior?
—No
—Entonces si lo sabes pog qué dudas.
— Fleur, me atacó un hombre lobo, quizás hay posibilidades de que me convierta en uno.
—No me impogta— dijo con lágrimas en los ojos— te puedes convegtig en un mogtifago y yo te seguiré amando. Además todavía no se sabe si te convegtigas en un hombge lobo, hay que espegag a la luna llena.
—Pero las marcas en mi rostro…
—Las magcas en tu caga solo demuestgan tu valentía, y si es pog belleza, yo tengo suficiente pog los dos.
—Fleur pero…
—¿Me amas William?
Esa pregunta lo tomó de sorpresa.
—Por supuesto que te amo.
—Tú me amas, yo te amo, y eso es más que suficiente para estag juntos, mientras exista amog entge nosotgos yo voy a seguig luchando, pero ¿Tú luchagas pog mí?
Por un momento dudó, él la amaba con locura, y sabía que ella también lo hacía, pero la duda de que ella encontrara a alguien mejor lo acechaba.
—¿Te acuegdas que una vez me pgeguntaste el motivo de que mis podegues veela no hacían efecto en ti?
El asintió.
—El podeg de una veela queda anulado en un hombge, cuando este ve más allá de su físico, y se enamoga de ella, no pog su belleza, sino pog lo que es, y cuando esto sucede, la veela también se enamoga, y no es un amog ficticio sino gueal, yo lo vi con mis abuelos Bill, ellos se amaban, cuando me dijiste que mi podeg no te afectaba me alegré mucho, pog que lo que sentías por mi era de vegdad, pero dime, ¿Supuse mal?, ¿No me amas?, ¿Tu amog hacia mí es ficticio? ¿Luchagas pog mí?, ¿O dejagas que unas malditas cicatgrices se integpongan en este amog?—, dijo ella con lágrimas en sus ojos.
Él tomó un respiro, ¿Que hacía?, recordó a su padre, y el amor que le tenía a su esposa, ¿Si fue capaz de volver de la muerte por ella, que le impedía estar con Fleur?
—Sí Fleur, quiero luchar por ti y estar contigo.
Entre lágrimas le dio una sonrisa y se acercó a él y lo besó, un beso que expresaba más que mil palabras, eso estaba de más, ¿Para qué decir algo, si un beso dado con amor expresa todo?

Nunca digas nunca: Bill y FleurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora