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Milo

No tenía ni las más mínima idea de las intenciones de mi hermano hacia Aria, pero sus constantes desapariciones empezaban a asustarme. Si la chica no me parecía ser sospechosa de nada, todos éramos conscientes de que no la conocíamos de nada, y la verdad es que todo había empezado a torcerse desde su aparición. Mi hermano me había contado lo que había pasado la noche del tiroteo en el pabellón y como ella le había convencido de no disparar. Sentí impotència, rabia por todos aquellos que habían muerto, pero le entendí. Quizás había dejado escapar a un culpable, o quizás tan solo le había salvado la vida a un inocente.

Sin embargo, las cosas no iban bien. Para nada bien. Ellos estaban furiosos y nuestra única salvación había sido obtener el vídeo de la muerte de Aiden. Video que me seguía preguntando cómo había conseguido la chica. Tan solo esperaba que hubiera guardado una copia de él si es que esperaba seguir con vida por mucho más tiempo. Se había metido en la boca del lobo, y ahora no tenía como volver atrás. Tan solo le restaba sobrevivir, como el resto de nosotros.

Me subí a mi moto con facilidad dejando la comanda colgando de mi brazo. Conducí por la ciudad dando una que otra vuelta más, aprovechando la soledad que tan pocas veces tenía la oportunidad de apreciar. Cuando empecé a alejarme de los edificios altos y las calles transitadas, tan solo me hicieron falta veinte minutos más de curvas estrechas para llegar a mi destino. Me desvíe a la derecha y llegué a la mansión. Al bajarme de la moto plantándome frente a la puerta principal, ésta se abrió de par en par. Uno ojos oscuros me acogieron así como una sonrisa de satisfacción. Tensé mi mandíbula, acostumbrado a ese tipo de entregas. Sin embargo, cuando sentí una pistola posarse en mi nuca, entendí lo que estaba pasando.

Mierda.

BUENAS BUENAS

Adivinen quien regresó.

¿Cómo han estado?

Espero que bien.

Sé que he desaparecido por literalmente varios años pero siento que debo terminar esta historia.

Vuelvo a tener inspiración, y no quiero dejaros con la intriga de un final que todavía no he contado, sobretodo tras ver todos los comentarios y mensajes que he recibido diariamente desde que dejé esta historia de lado.

Así que, here we are again.

No prometo publicar todos los días, pero le pondré un punto final a Aria, sin lugar a dudas.

Como siempre, os deseo un montón de felicidad y que estéis bien allá donde estéis.

Un abrazo,

Em❤️

ARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora