Hice lo posible por atrapar a Axel. No podía dejar que se quedara con el USB. Estaría perdida si así fuera. Además de acabar muerta, no tendría la oportunidad de hallar información sobre Aiden.
Así que tan solo corrí por todos los pasillos esperando ver al chico. Estaba dispuesta a luchar cuerpo a cuerpo si era necesario. No iba a rendirme tan fácilmente.
Desafortunadamente, mi tiempo se acabó cuando el timbre avisando el principio de las clases sonó por todo el colegio. Me alegré de tener literatura a primera hora, aunque cabía la posibilidad de que Axel no se presentara. Para mí buena suerte, cuando llegué, estaba sentado en su sitio habitual, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.
Me acerqué a él dando grandes zancadas y evitando gritarle frente a todos.
-¿Has perdido algo? - preguntó sarcásticamente.
Tendí mi mano furiosa y fruncí el ceño.
-Al parecer, alguien me lo ha robado. - respondí con cara de pocos amigos.
-No sé de qué me estás hablando. - objetó con tranquilidad.
-Me parece que lo sabes demasiado bien.
El chico sonrió de lado, mirándome detalladamente con sus perfectos ojos azules. Sacó de su mochila mi bien más preciado y me lo enseñó orgulloso. Cuando intenté arrebatarselo, él tan solo se limitó a alejarlo de mí.
-No está a salvo contigo. - opinó. - Si yo he podido robartelo, imagínate donde podría acabar el video.
-Tendré más cuidado la próxima vez.
-No habrá próxima vez, princesa. - contraatacó.
Suspiré intentando no perder la poca paciencia que me quedaba y pegué un fuerte golpe a la mesa llamando la atención de todos.
-Si no me lo das, todo el mundo se enterará de que contiene ese video. - amenazé.
-No lo harás.
-Te veo demasiado seguro.
-Acabarás muerta si se enteran.
-Acabaré muerta de todas formas. - puntualizé.
Dicho así, esperé unos segundos dándole una última oportunidad al chico de rendirse, aunque permaneció tan firme como yo.
Señoras y señores. Era la hora de la verdad.
-Tú lo has querido. - susurré.
Me giré hacia los demás alumnos de la clase y sonreí falsamente.
-Lamento informaros que tenemos un cómplice de asesina... - quise decir.
Sin embargo, una fuerte mano me tendió del brazo obligándome a unir mis labios con los de Axel.
Un beso. Otra vez.
Aunque fuera corto y fugaz, fue igual de increíble que el primero. No obstante, una débil voz se dirigió hacia ambos, atrayendo mi atención de inmediato.
-Señorita, Smith. - dijo el profesor de mala manera. - Desearía que acabara su romántico momento al finalizar mi clase.
Junto a las risas de los demás presentes, sobretodo la de Axel, no pude evitar enrojecerme. No era habitual en mí, así que como debéis suponer, me senté en mi lugar echa una furia.
Las horas pasaron lentamente. Muy lentamente. Y a cada minuto que se escurría entre mis manos, tan solo imaginaba como vengarme de Axel de la forma más cruel posible. Me había dejado en ridículo. Se había salido con la suya.
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ARIA
Action> Tras la muerte de su hermano, Aria queda completamente devastada. Decide alejar a todos sus amigos y odiar todo lo que le rodea. Sin embargo, cuando descubre que el chico no murió accidentalmente, no puede evitar buscar al culpable. De esa forma...