Observé con la respiración algo acelerada todo lo que me rodeaba. No sabía lo que estaba pasando, y mucho menos lo que iba a pasar. Estaba perdida. Más que nunca. Y tenía miedo. De ese que te hace estar dispuesta a hacer todo por salvar tu vida.
La naturalidad con la que Liam habló de muerte me había dejado los pelos de punta, y la expresión de Sarah supo como empeorar la situación. Sabía perfectamente que estaba asustada, aunque yo lo estuviera más.
-¿De que juegos está hablando? - pregunté mientras seguía entrelazando mis dedos con los de la chica, los cuales ella apretaba con fuerza.
-Unos que no quieres ver. - me miró apretando ligeramente su mandíbula y respiró hondo. - Necesito sacarte de aquí sin que nos vean.
Asentí dispuesta a dejar que me guiara por donde fuera que iba a echarme del pabellón. Sin embargo, cuando ambas nos hallabamos mirando y buscando alguna opción, una voz nos interrumpió.
-¿Sarah? ¿Que estás haciendo?
Ambas miramos hacia nuestro lado derecho, y la chica pareció reconocer el rostro de la persona en cuestión de segundos.
-Necesito tu ayuda, Milo. - pidió ella desesperada. - Aria no puede estar aquí. La eligirán para los juegos.
¿Espera que? ¿Milo? ¿Ese era el chico con el que mi hermano hablaba?
Un rostro bastante atractivo de cabello y ojos claros avanzó hacia nosotras y me miró fijamente. Tenía un aspecto que me era bastante familiar, aunque no sabría decir de donde le conocía.
-No podéis salir ahora. Lo mejor será esperar que no la vean. - dijo él, con una voz dulce y cálida.
-Liam ya la ha visto. Ya sabes como se pone con este tipo de juegos.
-Si os vais, os matarán sin dudarlo. Las reglas son las reglas, Sarah. - dijo él con una expresión intranquila. - No nos queda otra.
Ella asintió dándose por vencida por lo que yo supuse que estaba en peligro. Mis manos empezaron a sudar rápidamente, y una sensación de agobio recorrió todos mi cuerpo.
Mierda.
De pronto, la multitud formó un gran vacío en medio del pabellón dejando que tres chicos se plantarán en el lugar. No pude identificar la cara de estos, aunque me dieron muy mala espina de inmediato.
Los tres sacaron una pistola de sus bolsillos y las cargaron firmemente. Se instalaron en línea recta, y miraron fijamente hacia mi dirección.
-Ya conocéis las reglas. Los novatos asignados deberán elegir uno de los hombres armados. Una pistola está cargada aunque las otras no contienen balas. - dijo Liam con una sonrisa pícara en sus labios. - Elegid bien, o morid.
Un escalofrío recorrió mi espalda con rapidez, y no pude evitar mirar a Sarah con preocupación. Definitivamente, si me elegían iba a morir.
-Empezamos con algún voluntario. - continuó Liam sin sacar esa sonrisa sarcástica de sus labios. - ¿Nadie? - fingió mirar con atención hasta posar sus ojos sobre un chico más joven que yo, que se hallaba a unos metros de mí. - ¡Tú!
Él miró su alrededor sin creer nada de lo que le estaba sucediendo, y se dirigió a un paso lento y asustado hacia los tres hombres armados que se encontraban de pie firmemente. Miró a cada uno de ellos con determinación y cerró los ojos al dejar de caminar, frente al hombre de la derecha. El otro, no dudó en levantar rápidamente su pistola, y apuntar hacia su cabeza. En cuestión de segundos, apretó el gatillo, aunque ninguna bala salió de ella. Nadie había muerto. El chico había elegido la pistola correcta.

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ARIA
Aksi> Tras la muerte de su hermano, Aria queda completamente devastada. Decide alejar a todos sus amigos y odiar todo lo que le rodea. Sin embargo, cuando descubre que el chico no murió accidentalmente, no puede evitar buscar al culpable. De esa forma...