-¿Podemos hablar mañana, porfavor? Necesito volver a casa antes de que mis padres llamen a la policia. - dije algo desesperada.
-¿Para qué? ¿Para tener la oportunidad de arreglar las cosas conmigo y darme un plantón de nuevo? - espetó algo enfadado.
Mi corazón empezó a palpitar nuevamente y quise saltarle encima para abrazarle y decirle lo mucho que lo echaba de menos.
-Lo siento, Mike. Pero tuve asuntos urgentes que atender. - dije fríamente preparándome para darle la espalda y volver a casa lo antes posible. - Nos vemos mañana.
-¿Es que acaso encuentras tiempo para follarte a ese idiota y no para discutir con tu supuesto mejor amigo?
Esas dolorosas palabras me apuñalaron el corazón con fuerza. Me paré en seco, esperando que no hubiera dicho eso. Me giré lentamente frunciendo el ceño y le miré sin poder creérmelo.
-¿Que acabas de decir? - pregunté incrédula.
-Lo que has escuchado, Aria. ¿Crees que no he visto con quién te has ido juntado estos últimos días?
-Que yo sepa eso no es problema tuyo. - dije furiosa. - Así que si eres tan amable, empieza a entender que se trata de mi vida y no de la tuya.
El chico respiró hondo y frotó sus ojos con inquietud. Estuvimos largos minutos en los que ninguno de los dos habló. Yo quería gritarle y él parecía arrepentirse de lo dicho. Sin embargo, tan solo nos atrevimos a mirarnos, observarnos, recordando como era nuestra amistad antes de lo sucedido.
-¿Que nos está pasando? - susurró.
No respondí. Sabía que ambos estábamos echándonos la culpa de todo lo malo que pasaba en nuestro entorno. No teníamos a nadie más a quien acudir, y sin saber porque, no parábamos de discutir y alejarnos cada vez más.
-Perdóname. - insistió él, cogiéndome de ambas manos. - Estoy tan preocupado por ti, que no sé lo que digo.
Apreté mi mandíbula, y le miré directamente a los ojos.
-Yo tampoco quise dejarte solo en la cafetería. - dije yo, como disculpa.
El chico sonrió tristemente y se relamió los labios, algo nervioso de lo que iba a decir a continuación.
-No quiero que olvides lo mucho que te quiero, ¿entendido? - pidió él, de una forma demasiado tierna.
Dicho así, no me resistí a la tentación de sus brazos y le abracé fuertemente.
Fue precioso y necesario.
Nos quedamos largos instantes de aquella forma, como si hubiéramos esperado demasiado tiempo sin tenernos al lado el uno del otro. Y la dura realidad, era que mi amistad por aquel chico me hacía ser más vulnerable de lo que quería.
Me separé de Mike y le sonreí.
-Aún me debes un café. - dijo él divertido.
-Tengo helado en casa. - comenté intentado retener una carcajada.
-A que estamos esperando ¿entonces?
El chico pasó delante mío en dirección a mi casa y yo le seguí sin saber si me sentía mejor o peor que antes. En todo caso, sentía la necesidad de pasar un tiempo con mi mejor amigo y sabía que en su compañía me iba a ser fácil olvidarme del resto del mundo.
Al llegar frente a mi casa, Mike se plantó junto a la puerta y me miró ansioso por atacar mi nevera cuanto antes.
-Me van a matar. - dije algo asustada, refiriéndome a mis padres.
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ARIA
Action> Tras la muerte de su hermano, Aria queda completamente devastada. Decide alejar a todos sus amigos y odiar todo lo que le rodea. Sin embargo, cuando descubre que el chico no murió accidentalmente, no puede evitar buscar al culpable. De esa forma...