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Sus manos cogieron las mías con delicadeza y me hizo girar para quedar de espaldas a él. Su pecho tocaba mi camiseta completamente mojada y su respiración tan solo se hallaba a unos centímetros de mi oído. Pasó sus dedos por mi vientre y levantó mi ropa cuidadosamente. Acarició mi piel fría lentamente haciendo que algo en mí se encendiera.

-No podemos hacer esto aquí. - gesticulé con dificultad, preguntándome interiormente porque no dejaba que me diera algo de placer.

-Debes aprender a vivir el momento. - insistió con una sonrisa.

-Y tú a ser más razonable. - respondí girándome lentamente, para que no dejara de acariciar mi piel.

Me acerqué a él con cuidado y rozé sus labios con los míos. El chico me atrajo nuevamente hacia su cuerpo y quedamos largos minutos, mojandonos continuamente y analizando cada parte de nuestras serenas caras. Quizás, ambos esperábamos encontrar las respuestas que nos faltaban. ¿Porqué siempre acabábamos cayendo en la tentación del otro? No nos conocíamos, y sentía que no lo necesitábamos. Estábamos jugando con sus propias reglas. Disfrutar cada pequeño instante era primordial para que funcionara.

Cuando sonreí al recordar aquellos últimos días junto a Axel, ambos escuchamos unos disparos. Una de las ventanas estalló, dispersando cristales por todas partes. El chico cubrió mi cara con sus brazos de inmediato aunque eso no impidiera hacerme un pequeño corte en la mejilla. Me llevó hacia la esquina del vestuario y miró su alrededor seriamente.

-Saben que seguimos aquí. - murmuró más para si mismo que para mí. - Si te encuentran conmigo te matarán.

El miedo invadió todo mi cuerpo con rapidez y no pude evitar pegarme más al cuerpo de Axel. Tras ese gesto, sonrió algo sorprendido y me miró cálidamente.

-¿Crees realmente que dejaré que te hagan daño? - preguntó con ambas cejas levantadas.

-Solo sé que vienen a matarte. - respondí asustada.

Me cogió de una mano y me condujo rápidamente hacia las duchas. Presionó mi cuerpo en la pared de estas y posó su dedo en mis labios pidiendo silencio. Asentí no muy convencida cuando él sacó una pistola de sus pantalones y me la enseñó.

Algo iba a salir mal.

Decidí no moverme y ver como Axel volvía hacia la entrada del vestuario desapareciendo de mi vista. Tras cortos segundos en los que tan solo se oían las gotas del agua cayendo sobre el suelo mojado, unos tiros resonaron por todo el lugar. Sentí mi respiración acelerada e hice lo posible por permanecer en silencio. En el fondo, esperaba que Axel hubiera disparado. Sin embargo, tras otros largos segundos de espera, caí rendida y me moví de lugar para ir a ver que había pasado.

A unos metros de mí, se hallaba tendido en el suelo un hombre que había recibido ciertas balas por todo su cuerpo. El lugar se llenó de sangre al instante haciéndome llevar ambas manos a la boca. Al principio, pensé que se hallaba del chico de ojos azules, pero cuando la puerta de la salida se cerró detrás mío, y otro hombre apareció sosteniendo a Axel de un brazo y apuntándole a la cabeza con un arma entendí lo que había pasado.

Una emboscada.

El chico había matado a uno, aunque otro de ellos se había escondido para atraparlo.

-¿Pero qué tenemos aquí? - preguntó el francotirador con una sonrisa desagradable.

Relamí mis labios algo preocupada y miré a Axel sin saber que hacer.

-Te pedí que no te movieras. - susurró él penetrandome con sus fríos ojos.

-Pensé que estabas muerto. - respondí como excusa.

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