—¿Qué has hecho qué? —grito cuando el shock desaparece.
—He buscado en tus contactos Drew y solo había uno así que he deducido que sería él.
—¡Señor Drew papá! ¡Ponía señor Drew! ¡Como voy a llamar a mi novio así!
Me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas por el salón como loca. Mi padre había llamado a la única puta persona con la que no quería hablar.
Dios, la cara de Christopher debía de ser un poema en esos momentos.
—Yo que sé como se llama tu novio, solo me dijiste que era el hijo de tu jefe y no tenías ningún Jones ¿ves como no me cuentas nada?
—Dios ¡no puede ser! —sigo gritando sin darme cuenta —.¿Sabes lo que has hecho?
—¿Y se puede saber porque no pones suegro como todo el mundo? Yo a tu abuelo lo tenía así en mi agenda
La tranquilidad de mi padre me ponía aún mas nerviosa. Nunca sería consciente de lo que acababa de hacerme.
Estaba tan acelerada que no era capaz de pensar con claridad. Es verdad que nunca le había dicho nada de Jacobo a mi padre, pero no hacia falta ser un lumbreras para saber que ningún adolescente llama señor a su novio. ¿Lo habría hecho a propósito?
—¿Qué le has dicho? —pregunto al caer en la cuenta de que eso era lo mas importante en ese momento.
—Nada del otro mundo, me he presentado y le he preguntado si era el que andaba con mi hija.
Hundo la cara en las manos. Eso no podía estar pasándome a mí. Tendría que ser alguna especie de sueño o alucinación.
—Ana creo que estas exagerando —me reprende mi padre.
Uso toda la paciencia que me ha dado dios para no gritar y salir corriendo a mi habitación.
—¿Qué te ha dicho?
—Que no, que ese era su hijo. No es un hombre muy alegre que digamos.
Sigo atenta a sus explicaciones intentando pensar en la reacción del señor Drew. No tenía tanta imaginación para eso.
—¿Qué mas? —pregunto aún alterada.
—Pues le he pedido disculpas y le he explicado la situación.
Se queda en silencio mientras va a la cocina a beber un vaso de agua. Para él todo era una graciosa equivocación.
Espero intentando no parecer ansiosa a que termine de hidratarse. Una cagada así debía de cansar y mucho.
—¿Y? —insisto al ver su lentitud.
—Pues que esta todo arreglado.
—¿Cómo que todo arreglado? Espera —le interrumpo y hago memoria —. ¿Por que has dicho hasta mañana?
La alarma de mi interior acaba de estallar en mil trozos.
—Pues que mañana cenamos en su casa. Es hora de que la familia se conozca ¿no crees?
Me siento de nuevo en el sofá, intentando que el corazón no salga de mi pecho. ¿Por que por mucho que intentara huir siempre acababa en el mismo maldito lugar?
—No —aclaro rotunda —. No pienso ir a esa cena,
—Tú misma, yo voy a ir pero tú puedes quedarte.
De pronto la vergüenza se convierte en ganas de llorar. No estaba preparada para verlo otra vez, ni mañana ni nunca.
—¿Ha sido idea tuya verdad? Lo de la cena.
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MÍA
Teen FictionNo es que Ana no se enamore, que lo hace, pero necesita una conexión instantánea. Con Christopher Drew la tiene pero el universo le juega una mala pasada y mete en su vida a su hijo, un perfecto y enamorado caballero que es todo lo que una chica pue...