Capítulo 25

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Oigo sus pasos acercándose a mi y noto como se me acelera el pulso. Coge mi coleta y con suavidad me quita la goma, dejando mi pelo completamente suelto. 

Se acerca e inhala mi olor. Al parecer también le gustaba. Se acerca a mi cuello y me roza con la nariz. Era una sensación maravillosa. Ya no pensaba en nada mas que en ese momento y en grabarlo para siempre en mi memoria.

Me giro y le miro directamente a los ojos. 

—Lo que has dicho antes...—empieza y le callo con un dedo.

No. No quería que dijera nada que pudiera romper esa burbuja. No quería oír como me decía que eso era imposible obligándome a rendirme e irme de ahí. No ahora.

Le planto un beso suave en los labios y el me agarra la nuca volviendo a juntar nuestras bocas con mas intensidad. Le desabrocho la camisa mientras nuestras lenguas siguen jugando y acaricio cada rincón de ese torso tan perfecto. 

Me da la vuelta para desabrocharme el vestido con lentitud acariciando mi espalda, lo que me pone inmediatamente a mil. 

—No tienes idea de cuanto necesitaba esto Christopher —susurro mientras deja mi cuerpo semidesnudo.

Me responde con un sinfín de besos en el cuello. Nos acercamos a la cama y me tumba encima de ella. Con cuidado me quita las braguitas y las deja caer al suelo. Estoy completamente a su merced y eso me encanta. 

Me vuelve a besar en los labios con mas pasión y noto el bulto de su pantalón rozando con mi sexo. Me vuelvo loca cuando baja y lame con voracidad cada uno de mis pechos. Sus caricias activan algo en mi interior y ya empiezo a sentirme mojada.

Sigue bajando y se para justo antes de llegar a mi pubis.

—Necesito saber que esta noche serás solo mía Ana —murmura y clava sus ojos en los míos.

Su mirada me dejaba todavía mas mojada. 

—Vale —contesto con la voz entrecortada.

—Dilo —exige mucho mas autoritario.

Notar su aliento me estaba volviendo loca. Dios, lo necesitaba mas que nada en el mundo. 

—Soy tuya Christopher —afirmo desesperada.

Su lengua se introduce dentro de mi con tanta rapidez que me retuerzo entera. Era una puta maravilla. Lamia mi clítoris con rapidez mientras hacía círculos con la lengua. Le agarro el pelo para apretarlo mas fuerte contra mi. Mis gemidos era imposibles de controlar y me daba completamente igual.

Me sujeta con fuerza el culo e introduce su lengua todavía mas dentro de mi y me retuerzo todavía más. Sigue jugando con su lengua mientras sus manos recorren todo mi cuerpo. 

Noto como el orgasmo se acerca y le agarro el pelo con tanta fuerza que oigo como gruñe entre mis piernas. Acelera mas su lengua y me corro mientras Christopher saborea cada gota de mi. 

Sigue besándome la barriga hasta llegar de nuevo a mis pechos. Muerde mi pezón mientras me pellizca el otro con la punta de los dedos. 

Se levanta para quitarse los pantalones y veo la enorme erección que esconden sus calzoncillos. Me incorporo y acaricio su pecho hipnotizada. Era sencillamente perfecto. Le tumbo en el mismo sitio en el que segundos atrás me había corrido y le arranco de una los calzoncillos. Observo su precioso pene y le miro a los ojos. Quería grabar a fuego esa imagen en mi cabeza. 

Le sonrío antes de acercarme a su miembro y empezar a lamerlo de arriba abajo, oír sus gemidos me aceleraba todavía mas. Empecé a masturbarlo con la mano mientras lamia la punta con cuidado.  Me encantaba sentir su sabor y succionaba con mas intensidad. Estaba tan dura que necesitaba sentirla dentro de mi. 

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