Capítulo 26

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El despertador empieza a estallar y hundo la cara en la almohada. El problema de hacer una fiesta de cumpleaños un lunes es que no había dios que se levantara al día siguiente, y menos sabiendo el día que me esperaba. 

Había huido de casa de Christopher alrededor de las tres de la mañana y entre llegar a mi casa, ducharme y conseguir que mi cabeza se quedara en blanco para poder dormir se habían vuelto las 6. Ahora a las 8 tenía que enfrentarme a la dura realidad de todo lo que había pasado la noche anterior.

Menudo regalo de cumpleaños le había dado a mi novio. 

Me tapo la cara  con las manos e intento pensar una excusa que pudiera ser creíble para no ir al bufete. No la había, Christopher sabía que si no me presentaba era por ser una cobarde. Bueno, una cobarde ya había sido al huir. 

Me lo imaginaba saliendo de la ducha y dándose cuenta de que no era como una de sus amiguitas dispuesta a hacer todo lo que el señor Drew quisiera. Se acabó. No podía seguir cayendo siempre en lo mismo.

No me quería. No era amor. No era absolutamente nada.

Reúno la poca fuerza que me queda y me levanto. Intento adecentarme y me pongo un traje azul cielo cómodo y nada sexual. Cojo mis cosas y me dirijo una vez mas a las oficinas de Drew&Jones.


Nada mas llegar intento ir directa a mi cubículo, si tenía suerte no tendría que ver a ninguno de los socios en todo el día. 

Miro el móvil y tengo tres mensajes. Uno de Sofia explicándome lo mal que le había sentado algo por lo que no podría ir a trabajar (ventajas de estar con el socio bueno), otro de Jacobo pidiendo vernos para disculparse por su "bochornoso" comportamiento y un tercero de Marcus Klen. 

Con todo lo que había pasado últimamente el tema del video que tenia el señor Klen era algo que apenas recordaba. La verdad, durante todo ese tiempo no había recibido noticias suyas y una pequeña y esperanzadora parte de mi creía que lo había dejado estar. Un hombre como él no estaría preocupándose por tonterías como esa, pero cada vez se confirmaba mas mi teoría de que aquello iba mucho mas allá que un simple interés por mí.

"Tic, tac, tic, tac" me escribió el señor Klen. 

Esas sencillas palabras consiguieron sacarme un escalofrío. Seguro que él se alegraría mucho de saberlo. 

Intento guardar el móvil pero recibo otro mensaje. Marcus Klen.

"Ese vestido rojo te quedaba de cine" 

Mi cuerpo se paraliza. ¿Marcus estaba en la fiesta? ¿Me estaba siguiendo?

No podía ser, si hubiera sido uno de los invitados lo habría visto. Eso solo podía significar una cosa y era que estaba vigilando la casa de Christopher, o peor aún, la mía. 

No. Él no sabía donde vivía, de eso estaba casi segura. 

Noto que mis manos tiemblan. Tenía que hacer algo, ese hombre no me iba a dejar en paz.

Me levanto casi por instinto y me dirijo al único sitio al que podía acudir. 

Recorro los pasillos de la oficina rápidamente, en parte por el miedo y en parte por la necesidad de compartir eso con alguien. Por primera vez en mucho tiempo, estaba realmente asustada. 

Su secretaria no está así que llamo a la puerta y al oír un "adelante" del otro lado entro.

—Buenos días señor Jones —saludo algo nerviosa.

Carlos esta sentado detrás de su mesa, concentrado en unos papeles. Juraría que se sorprendió un poco al verme. Era la segunda vez que estaba en ese despacho. Ojala esta me saliera igual de bien que la anterior. 

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