Había dormido una media de tres horas en toda la noche. Primero, porque en esa casa tardaría mucho en poder dormir tranquilamente y mas sabiendo quien estaba en la habitación de al lado y segundo porque tenía mucho en que pensar.
Hacia apenas 24 horas le había jurado a mi amiga que todo el tema estaría zanjado. Ahora me había acostado con Jacobo y me había dejado hacer de todo con su padre. Sofia me iba a matar.
Christopher era un capullo, de eso no me cabía la menor duda, pero me gustaba, me gustaba mucho mas que cualquier otro hombre en mi vida y eso era también innegable. Por otro lado estaba su hijo, el chico con el que sueña toda mujer. Cariñoso, comprensivo guapo e inteligente. Y por si fuera poco loco por mí.Si me llegasen a preguntar una semana atrás diría que Jacobo para mi solo era un amigo, pero llegados a ese punto había algo mas. Con el me sentía tranquila, segura y feliz y en ese momento era todo lo que necesitaba.
Con esa idea en mente me levante a las 7 de la mañana y lo deje durmiendo plácidamente en la cama, me puse mi ropa y baje las escaleras de la mansión de los Drew. Me dirijo a la cocina cuando una señora se interpone en mi camino.
—Buenos días —saluda con una sonrisa amable.
Era bajita y algo regordeta. Rondaría los 60 años pero se conservaba muy bien. Vestía un chándal que combinaba con una coleta muy bien hecha y unos guantes de goma en las manos.
—Hola, soy Ana la novia de Jacobo —contesto sin acabar de acostumbrarme a esas palabras.
—Encantada cariño, yo soy Marion, cuido de la casa del señor Drew.
—Entonces tienes el cielo ganado —suelto en voz baja
Marion ahoga una risita y mira a los lados con miedo de que alguien lo haya oído. Desde ese momento decido que esa mujer me cae estupendamente bien.
—¿Quiere que le sirva el desayuno? —pregunta con un tono mas profesional.
—No te preocupes, no tardaré en irme y no me hables de usted por dios.
Agacha la cabeza como agradecimiento.
—Una pregunta —interrumpo antes de que se marche — ¿Sabes si Christopher ya se ha levantado?
Al principio me mira extrañada hasta que caigo en la cuenta de mi error.
—Quiero decir el señor Drew —corrijo rápidamente y enseguida noto como se relaja.
Marion era una mujer de protocolos estaba claro. Aunque en esa casa seguro que sería un requisito indispensable.
—Claro, esta en la piscina. Su baño matutino.
—¿Con el frío que hace se va a la piscina? Esta loco.
Marion se rie y me mira como si acabara de soltar una tontería.
—La piscina climatizada de abajo señorita Ana.
Intento esconder el rubor de mis mejillas. Ni siquiera sabia que esa casa tenía mas plantas.
Marion me conduce hasta la puerta que baja a la piscina y se va a seguir con sus quehaceres. Me apunto mentalmente que debo hablar con Jacobo e informarme mejor de las cosas de esa casa y de su propia vida, algo me decía que ese chico había pasado mas tiempo con Marion que con toda su familia.
Bajo las escaleras y el temblor marca Drew padre me recorre el cuerpo. Intento ignorarlo y relajarme, la conversación que iba a mantener con Christopher requería de toda mi fuerza de voluntad.
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MÍA
Teen FictionNo es que Ana no se enamore, que lo hace, pero necesita una conexión instantánea. Con Christopher Drew la tiene pero el universo le juega una mala pasada y mete en su vida a su hijo, un perfecto y enamorado caballero que es todo lo que una chica pue...