Capítulo 6

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Las oficinas centrales de Drew&Jones ocupaban nada mas y nada menos que nueve plantas de uno de los edificios mas exclusivos de la ciudad. Una altísima y elegantísima construcción de cristal y acero que llamaba la atención de todo aquel que pasaba por delante.

Había pasado la noche anterior investigando sobre absolutamente todo de ese bufete (u algo de su dueño para que mentir).
Solo el año pasado, la firma había facturado 357 millones de euros, con presencia en 13 países de 4 continentes. Era la mejor. Normal que Jacobo tuviera semejante mansión, su padre era prácticamente millonario.

En cuanto a Christopher Drew poca era la información que había conseguido. Un hombre hecho a si mismo, de familia modesta con la que sorprendentemente no se hablaba. Divorciado desde hacía ya unos años, se le veía siempre acompañado de alguna modelo en las pocas fotos que Google me había proporcionado. En una de ellas salía con Jacobo. Estaban los dos con traje y se parecían mas que nunca, aunque esos ojazos azules de Christopher llamaban la atención como una gota negra en un fondo blanco. 

En cuanto a su socio, un tal Carlos Jones, sabía incluso menos. Estaba metido en muchísimos negocios además de en la abogacía y tenía amigos muy influyentes, según decían las paginas de cotilleos, esa era la única razón por la que aún tenía algo de "poder" sobre el bufete que al parecer Christopher Drew había levantado desde cero, porque conociéndolo lo poco que lo había conocido, sabía que era un hombre demasiado arrogante como para compartir algo suyo.

Teníamos la entrevista a las 9 de la mañana, y yo, como de costumbre, había llegado media hora antes. Sofia, como de costumbre también, llegaba tarde.
Me había levantado pronto, ya que tenia que lavarme el pelo, secármelo y plancharlo cuidadosamente, cosa que perfectamente me ocupaba una hora.

Jacobo volvió a insistir en venir y gracias a Dios que conseguimos persuadirle. Estaba al borde de un ataque cardiaco y aun ni habíamos entrado en el edificio. Decir que mis nervios eran por la entrevista con Carlos sería mentir descaradamente, lo único que de verdad me preocupaba era encontrar al señor Drew por ahí y que me volviera a mirar con la expresión fría que me miro la ultima vez que nos vimos. Si todo salía bien, solo me vería una vez estuviera contratada y como a una trabajadora mas. Por ello, debía ser la mejor convenciendo al señor Jones.

Faltaban 5 minutos para las nueve cuando veo a Sofia salir de un taxi con un traje rosa y una coleta alta. Realmente parecía una abogada con años de experiencia. Yo había escogido un vestido algo ajustado que me llegaba a las rodillas y sin escote, de color azul esperanza. Sencilla y elegante. 

—Allá vamos. —me dice Sofia cogiéndome la mano.

Tiemblo asustada pero asiento con la cabeza y avanzamos hasta la puerta. La suerte esta echada.

El edificio por dentro no defrauda, elegante y sobrio parecía esos edificios pijos que se ven en las películas. Una simpática recepcionista rubia en la entrada nos indica el piso al que debemos subir para llegar a las oficinas superiores.

Esperamos el ascensor mientras repaso mentalmente cada paso a seguir. Sabíamos mas bien poco de como iba a ser la entrevista, pero lo que estaba claro es que nada podía fallar. Por Sofía no me preocupaba, esa mujer le vendería una nevera a un esquimal. El problema era yo y mi facilidad para parecer idiota.

Entramos a la caja de cristal que nos tiene que llevar hasta la planta nueve que sube rápidamente.

La sala en la que, muy amablemente, nos había dejado otra recepcionista (no teníamos ni idea de cuantas habrían) era como el resto de la planta. Decoración minimalista, basada principalmente en el gris, blanco y negro (se notaba que estábamos en terreno Drew).

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