Capitulo 21.- "Billy"

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__________ "Doce" Ives

El beso, es un dulce movimiento que la naturaleza ha inventado, para cerrar conversaciones cuando las palabras se vuelven inútiles; y eso es justamente lo que había sucedido entre Richie y yo, las palabras cesaron y nuestros sentimientos salieron a la luz... Nos estábamos besando, un beso que jamás creí que sucedería.

Sus labios se movían con suavidad y dulzura sobre los míos; era tan maravilloso, tan hermoso, que no quería que nunca acabará, sin mencionar, de la sensación que sentía en mi estómago, algo semejante a los fuegos artificiales, era increíble. Por unos momentos, sentí como el tiempo se desvanecía, solo éramos él y yo, y nada más.

Intentaba seguir su ritmo, corresponderle con la mayor torpeza del mundo, pero me había olvidado por completo de como hacerlo, hasta de como respirar.
Su mano, que seguía intacta en mi nuca, viajó con suavidad hasta mi mejilla, para acariciarla con ternura con su pulgar, como si tuviera miedo de que ésto se tratase de un sueño, y lo comprendía, porque me rehusaba a creer lo mismo.
Pero no lo era y lo confirme cuando decidí pellizcar mi brazo y el de Richie, quién soltó un gruñido en mi boca en forma de respuesta, no quería arriesgarme a que fuera alguna loca imaginación mía; si de algo estaba segura, es que la imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad, pero una vez más, volví a confirmar que no lo era... Esto era real.

Por inercia, llevé mis manos hasta su cabello, atrayendolo aún más a mi, pidiendo aún más; hasta que todo termino en un casto beso.

Lo ví a los ojos sin saber que decir, sus labios estaban rojizos y su respiración era agitada, al igual que la mía.
Juntó nuestras frentes, rozando con suavidad las puntas de nuestras narices, esto era fantástico.
Seguía en una especie de shock, quería decir algo, pero en vez de eso, solo solté un jadeó perpleja, intentando controlar el temblor que se había producido en todo mi cuerpo.

— Me he enamorado de ti, _________ Ives — Murmuró Richie — Demonios, eres tan despistada que no lo notaste, amó todo en ti, aún las cosas que no me gustan, las amo. Soy capaz de esperarte todo el tiempo que sea posible, si me dices que te importo tan solo un poco, pero, creo que tu también estás enamorada de mí ¿O no?

Por mi parte, no hubo respuesta alguna. Seguía viendolo anonada, mientras en mi cabeza se seguía repitiéndose la escena del beso una y otra vez como un bucle.
Entreabrí un poco mi boca, queriendo decir algo, pero no logre emitir ninguna palabra, en vez de eso, me alejé con cuidado de él, sin apartar mis ojos de los suyos, quiénes parecían seguir esperando mi respuesta.
Su expresión cambio drasticamente a una de pavor y de nerviosismo, cuando pasaron los segundos y seguía sin responderle.

— ¿________? — suplico alejándose, con un brillo de culpabilidad en sus ojos

¿Qué espera que diga? ¡Acabamos de besarnos! ¡Demonios, porque no puedo decirlo!

Los llamados de Beverly me sacaron de mi trance, su tono de voz provocó que la piel se me erizara.

Mi mente se iluminó al instante, pensando lo peor.

Once...

Salí corriendo del auto dejando a Richie estático, aunque no tardó mucho cuando escuché sus pasos apresurados seguirme.
Beverly estaba en los escalones que daban a la puerta, más pálida que un papel, sus manos temblaban sin control alguna, y sus ojos expresaban terror.

— ¿Qué sucede? — Pregunté alerta, sintiendo como el corazón en cualquier momento atravesaría mi pecho — Beverly, contesta

— Es O-once — respondió, aunque eso fue suficiente para que mi corazón se detuviera.

Starry Eyes (Richie Tozier) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora