Capitulo 3.7

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"Confundida"

__________ Byers

– ¡Mike!

Corrí hasta él con el corazón apunto de salir de mi pecho, y Mike con la misma emoción me recibe en sus brazos, alzandome en el aire mientras da vueltas conmigo. Me aferró a su cuello riendo como una niña pequeña, y él a mi cintura, ¡su risa! ¡oh, dios! ¡había extrañado tanto escucharla!

– ¡Estás aquí! – exclame aún sin creerlo, apartandome de él para confirmar que era real.

– ¡Hey! ¡En verdad soy yo! – exclamo, riendo.

Él dejo que pasara mis manos por todo su rostro. Solo así creí que él estaba frente a mi.

– Estás aquí... – volví a pronunciar – pero, ¿que le ocurrió a tu cabello?

Ver a Mike Wheeler con el cabello largo era lo único que necesitaba en mi vida.

– ¿Te gusta? – pregunta risueño.

– ¿Que si me gusta? ¡Me encanta!

Su sonrisa se ensancha, y el rubor en sus mejillas se enciende.
Me atrae de nuevo a su cuerpo, y ambos nos unimos una vez más en un abrazo, pero un poco más calmado. Recargue mi cabeza en su pecho, escuchando los fuertes latidos de su corazón que palpitaba al compás del mío.
Hace mucho que no me sentía tan cómoda estando con él.

Aún tenía ese aroma tan característico de él que me volvía nostálgica, y me regresaba a esos tiempos memorables dónde solamente éramos él y yo.

– Te extrañe tanto – susurra en mi oído, provocandome un escalofrío.

Había extrañado sentir esa sensación cuando lo tenía cerca.

– Y yo a ti – confese.

– ¿Solo a él? – cuestiona una voz reconocible.

Max.

Me separé de Mike a regañadientes, y volteo para encontrarme con la pelirroja.
Me acerco a ella dando pequeños saltitos de la emoción para también abrazarla, Mayfield me corresponde al instante, balanceandose conmigo.

– Te extrañe aún más a ti.

– ¡Oye! – se queja Mike a mi espalda.

Max infantil le enseña la lengua a Wheeler, quién corresponde con un simple bufido divertido.

– ¿Cómo estás, rojita?

– Mucho mejor – se separa de mi, sujetando mis manos.

Ver sus ojos azules solo me hace recordar a su hermanastro. A Billy.
«Ojos azules, tan azules como el Océano».

Aún no lo olvidaba. Su imagen estaba más que presente en mi cabeza.
Incluso casi podía decir que ahora Max tiene la misma mirada de dolor que la de Billy.

Aparte un mechón de su cabello rojo que interviene en su rostro tan pulcro y perfecto, y lo acomode detrás de su oreja.

– Me alegro escuchar éso.

Ella suspira, analizandome de arriba a abajo; está por mencionar algo cuando una voz la interrumpe:

– Somos probablemente los que más te extrañamos después de Mike, ¿y aún no hay abrazo para nosotros?

Y ahí estaban, los únicos e incomparables Dustin, y Lucas.

– ¡Mirá, Lucas! – exclama eufórico Dustin – ¡nuestro pequeño retoño a crecido!

Starry Eyes (Richie Tozier) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora