Capitulo 3.3

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"Doce, ¿estás escuchando?"

Richie Tozier

Muevo mi pie ansioso al ritmo de la música que suena en mi cabeza, las personas que pasan y me miran, lo hacen con ternura y devoción, y otras simplemente cuchichean cosas.
En mi mano llevo una flor, un crisantemo rojo que compre para mí preciosa novia.
Según Ben, es una forma simple de decir «te quiero».
No cabe duda de que las flores son la mejor forma de transmitir sentimientos y emociones cuando las palabras no son suficientes, aunque eso no le quita lo cursí. Pero por ________ sería eso y más.

Admito que había cometido un grave error en contarle a Emma lo ocurrido en la vida de __________, a ella le había costado tanto sincerarse con los perdedores y conmigo, que seguían habiendo cosas de su pasado que desconocía en su totalidad, solo porque teme ser juzgada, o quizás, porque tiene miedo de que más personas sepan de su oscuro pasado y vuelvan a experimentar con ella, ¡claro! ¡que estúpido soy! ¡su vida sigue estando en riesgo! para que simplemente llegué Emma después de años sin saber nada de ella, y yo abra la boca sin estar conciente de las consecuencias que eso puede traer.

Emma no diría nada, ¿cierto?

¡Genial! puse en peligro la vida de la chica que más amo, y solo por una estúpida amistad que ni siquiera se si es confiable.

Los Perdedores tenían razón, resulté ser un imbécil, y no tengo ni idea de que hacer para que _________ me perdone, pero en especial, para volver a tener su confianza.
Una flor no es suficiente, de eso estoy más que seguro.

Recordé las palabras de Stan:

— ¿De verdad aún no te das cuenta de quien tienes enfrente, verdad Richie? Emma no es lo que aparenta.

¿Qué quiso decir con eso? Conozco a Emma mejor que nadie en el mundo, prácticamente nuestra niñez la habíamos pasado juntos. Las personas cambian, pero ella parecía no haberlo hecho.

Reviso mi reloj ansioso al sin seguir teniendo noticias de mi nena, ella estaba retrasada por más de 35 minutos.

Me muevo del lugar donde estoy y comienzo a buscar con la mirada a mi alrededor, intentando encontrar su cabellera pelinegra.
Unos brazos rodearme por el torso me toman desprevenido, y hacen que me separé por inercia.

– ¡Rich, cariño! ¡me alegra tanto verte! – chilla de la emoción Emma, aunque en su tono de voz hay un extraño tono.

– ¿Dónde está _________? – fuí al grano, viendo a los alrededores esperanzado.

La rubia baja la mirada incómoda, ocultando con su chaqueta una mancha en su blusa color blanca, que parecía ser de alguna bebida.

– No quiero hablar de eso – balbuceó con la voz quebradiza.

– ¿Qué ocurre? ¿le sucedio algo? ¿tuvo otro episodio? – interrogue angustiado, de solo pensar que algo malo le ocurrió a mi nena todo lo demás dejaba de importar – Emma...

– ¿La f-flor es para mí? – cambio de tema, con los ojos al borde del llanto, y una sonrisa forzada.

– ¿Donde esta ________? – volví a preguntar con poca paciencia.

Sin previo aviso, Emma se hecha a llorar, lanzandose a mis abrazos.
Me quedó estático, sintiendo como sus lágrimas mojan mi camisa.

– E-ella me o-odia – confesó en sollozos – _________ me odia, Rich.

– ¿De que hablas? – la separé de mi cuerpo, frunciendo el ceño

– Intenté llevarme bien con ella, ¡lo juro! pero es tan difícil – dió un sorbo a su nariz – ella me odia y no encuentro el motivo.

Starry Eyes (Richie Tozier) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora