Starry Eyes (Richie Tozier)

Capitulo 3.9

"El Asalto"

Octubre 29 de 1986

Richie Tozier

Una semana. Una maldita semana había transcurrido desde que _______ termino conmigo. Un infierno con el que he estado lidiando por su ausencia.

Mi vida sin ella no parece tener tanto sentido, ella era la única que le ponía color a mi vida con su cariño y con tan solo una sonrisa.
Lo tenía todo, y ahora no tengo nada, es una lastima que me haya dado cuenta de eso muy tarde.

¿Acaso existe un anhelo humano más triste que desear una segunda oportunidad en algo?

Y está bien, esto es lo único que me merezco por haberle hecho tanto daño, y aunque no fue sin ninguna intención, lo había hecho.

Prometí hacerla feliz.

Y lo único que hice fue hacerla llorar y traerle problemas.

Bill tenía toda la razón, soy un imbécil, y no merezco el amor de ________.

«Hiciste tanto berrinche para tenerla, ¿para qué? para que cuando finalmente la tuvieras no supieras como valorarla» esas fueron sus palabras.

Al final del día, había obtenido mi merecido por ser tan idiota.
Dylan se había encargado de ello, aunque haber terminado con un ojo morado esa noche no fue tan doloroso como las palabras de _______.

«No sabes lo mucho que me arrepiento de haberte dado el poder sobre mi»

– Al menos toma un baño – reprocha Alice sentada al borde de mi cama.

– Estoy en mi espacio, no te invite a entrar – respondí cubriendome mejor con las sábanas.

– Vamos Richie, ni siquiera has comido bien estos últimos días. Estoy preocupada.

– Déjame en paz, ¿Quieres?

Ella suspiro con pesadez.

Tuve unos segundos de tranquilidad hasta que sentí como comenzaba a jalar mi frazada, pero no la deje y me resistí.

Ambos comenzamos una pequeña competencia de forcejeo, en la que ella comenzó a sacar mayor ventaja.

– Deja de ser tan molesta – reprendí.

– Todos estamos preocupados por ti. Desde que llegaste aquel día llorando como María Magdalena porque ________ te termino no has hecho nada más que lamentarte.

Solte la frazada por instinto provocando que Alice se fuera de trasero al suelo. El antiguo Richie se hubiera muerto de risa, sin embargo, solo me límite a disculparme, cosa que nunca hubiera hecho.
La castaña se reincorpora peleando con la sábana, hasta que logra quitársela de encima.

– ¡Se supone que deberías burlarte de mi! – indignada se cruza de brazos – ¡este no es el Richie que yo conozco!

Restregue las manos por mi rostro, soltando un quejido.

– Alice, no estoy de humor.

– ¿Ah, si? no me digas, por poco no me doy cuenta – ironizo sentandose a mi lado.

Cubrí mi rostro con una almohada, conteniendo mis ganas de querer sacarla a patadas de mi habitación.

– Richie – con cuidado me quita la almohada, y me obliga a verla – te estás comportando como una nenita.

Nenita. Nena. ________.

Mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo, y un sollozo sale de mi boca sin avisar.